Los roces, los reproches y la culpa por lo que le ha pasado a Mercan son cada vez más frecuentes.

Ilgaz cree que su hija nunca volverá mientras Ceylin se sigue aferrando a la idea de que su pequeña está viva y que muy pronto la encontrarán sana y salva.

Para el fiscal Kaya es tan fuerte el dolor que opta por hacerse a la idea de que su pequeña está muerta después de que Efe haya cerrado el caso tras encontrar el sombrero de la pequeña en el mar. ¡Creen que Mercan ha muerto ahogada!

Ilgaz decide desmontar su habitación sin poder soportar el dolor que le causa el dolor por la pérdida de su hija: “Si no aceptamos que Mercan no va a volver este dolor nos consumirá”, unas palabras y un gesto con los que Ceylin no está de acuerdo y decide marcharse de casa.

Ceylin no quiere forzar más una relación que cree que no les lleva a ningún sitio: se ocultan cosas, llevan caminos por separado y se muestran como dos auténticos extraños mientras solo el dolor de su hija les mantienen unidos.

Ilgaz rompe a llorar diciéndole que ambos se siguen queriendo y que su historia no puede terminar así, pero ella le responde que tiene tanto dolor que casi no siente nada: “No podemos seguir así”.

La joven no lo da todo por perdido y le dice que si Mercan aparece algún día, a lo mejor se podrían plantear volver a retomar su relación, pero por el momento parece que no hay vuelta atrás y le dice que van a divorciarse. ¿Habrá algo que les haga cambiar de idea?