El tiempo pasa y Mercan sigue desaparecida. El dolor y la impotencia es tan fuerte que empieza a pasar factura a la relación de Ilgaz y Ceylin.
La pareja empieza a tener distintos puntos de vista sobre lo que le ha pasado a su hija y los celos y la culpa empiezan cada vez a estar cada vez más presentes.
Ceylin culpa primero a Pascal, su perro, de la desaparición de su hija y le reprocha a Ilgaz que no entiende por qué no está enfadado con él.
Sin embargo, el fiscal Kaya le dice que él no tiene la culpa y entonces ella responde que tiene razón y que el único culpable es él: “No debería estar enfadada con Pascal si no contigo”.
Ilgaz, entonces, le reprocha a Ceylin que podría haberse llevado a Mercan cuando fue a buscar a Pascal y los problemas y diferencias entre ellos se hacen más que evidentes.
Los dos lloran, sin consuelo, en la habitación de la pequeña y juntos se ponen de acuerdo en que nunca se perdonarán en haber dejado a su hija sola. Además, tienen miedo por lo que haya podido pasarle. ¿Estará bien Mercan?