Los hogares realizaron el año pasado una apuesta sin precedentes por las letras del Tesoro. Sin embargo, el dinero que destinaron a los depósitos a plazo fue más del doble del que invirtieron en los títulos de deuda a corto plazo del Estado, pese a que el interés pagado por dichos productos bancarios fue notablemente inferior. Las familias incrementaron su cartera de letras en 22.151 millones de euros entre enero y noviembre, mientras que la de depósitos aumentó en 54.324 millones, según se desprende de datos publicados este lunes por el Banco de España.
La banca, así, ha contado con la ventaja de que sus clientes ya tenían el dinero guardado en las entidades, normalmente con escasa o nula remuneración. A lo largo del año, los bancos han ido ofreciendo una rentabilidad ligeramente creciente por los depósitos para evitar sufrir salidas excesivas de recursos. De hecho, el dinero guardado en cuentas corrientes por las familias bajó en 75.743 millones entre enero y noviembre del año pasado, y es de suponer que buena parte de esa cantidad simplemente se moviera de dichas cuentas a la vista a depósitos a plazo, además de a otros productos (como las letras o los fondos de inversión) y a paliar el golpe de la subida de precios.
Ello ayuda a explicar que la subida de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE) se haya trasladado de forma mucho más rápida a la deuda pública (cuyo interés se fija a partir de las órdenes de compra de los inversores) que a los depósitos bancarios. En las subastas de noviembre de 2022, el Tesoro se comprometió a pagar por las letras intereses de entre el 1,387% y el 2,565%, mientras que en las mismas colocaciones del pasado noviembre los tipos fueron de entre el 3,58% y el 3,747%. Frente a ello, los bancos han incrementado el interés de los nuevos depósitos a plazo desde el 0,71% de noviembre de 2022 hasta el 2,57% del mismo mes del año pasado. Las entidades han podido modular el alza gracias a su fuerza comercial y a su elevada liquidez.
Gran diferencia
La consecuencia es que, pese a esa diferencia de rentabilidad, las familias siguen teniendo mucho más dinero depositado en bancos del que invierten en deuda estatal. En noviembre, tenían 23.977 millones en letras (1.084 millones y un 4,7% más que octubre), frente a los 119.486 millones en depósitos (7.987 millones y un 7% más). Como la subida de los tipos de la deuda pública comenzó antes, la cartera de letras de los hogares creció más que la de los depósitos en los últimos meses de 2022 y los primeros de 2023. Sin embargo, el dinero depositado a plazo por las familias en los bancos lleva aumentando más que el que destinan a los títulos de deuda pública desde el pasado marzo.
Los crecimientos de la cartera de letras de las familias, además, son cada vez más moderados, una tendencia que es probable que continúe en los próximos meses. Por una parte, los intereses pagados van bajando ligeramente a medida que el mercado está cada vez más confiado en que el BCE comenzará a recortar los tipos este año. De hecho, el tipo en las últimas subastas ha sido mayor a tres que a doce meses, lo que solo sucede cuando se espera que el precio del dinero esté más bajo en un año. Por otro lado, la banca sigue poco a poco elevando el tipo de los depósitos y cada vez más entidades lanzan campañas o productos específicos, si bien la bajada del euríbor -referencia para fijar el tipo de estos productos- limita el alza previsible de los mismos.