Jordan Díaz (La Habana, 2001) ultima su puesta punto para volver a la competición tras casi nueve meses fuera de las pistas de atletismo por lesión. En juego está su billete a los Juegos Olímpicos de París 2024, especiales por partida doble: serán las primeras olimpiadas y la primera vez que se enfunde la camiseta de la selección española de este atleta de triple salto, tras su nacionalización en 2022 y tener que esperar a representar a España hasta 2023.
Aprovechó una competición con la expedición cubana en Castellón en 2021 para desertar, pedir el pasaporte hispano y unirse al grupo de entrenamiento del también cubano Iván Pedroso en Guadalajara, donde se moldean estrellas de la talla de Yulimar Rojas o Ana Peleteiro. Su deseo de competir y vivir en España le privó de los JJOO de Tokio 2020, en los que ya era firme candidato a medalla, y regresa al tartán con la convicción de que el 2024 será su año.
A sus 22 años -y con una marca personal de 17,87 metros– ya puede presumir de haber batido hasta en cuatro ocasiones el récord nacional absoluto en triple salto, se convirtió en líder mundial del año en 2022 y ha sido oro en los Mundiales de Atletismo tanto sub-18 como sub-20. Completando ahora sus preparativos en Sant Cugat de cara a la temporada, Díaz ha atendido a MD para compartir sus impresiones de cara a unos meses tan exigentes.
Jordan, encara ahora un mes de febrero completísimo. ¿Buscará ya conseguir una buena marca o el objetivo es recuperar sensaciones en su vuelta a la competición?
Sí, llevo nueve meses fuera de las pistas por lesión y haré tres competiciones este mes. Estaré en Antequera el 10 de febrero para disputar con el Barça la Copa Joma de clubes, después viajaré a Ourense el fin de semana del 16 para el Campeonato de España en pista cubierta, y luego ya competiré el 23 de febrero en el Meeting de Madrid del World Indoor Tour. Buscar marcas no es el objetivo que nos hemos marcado con el equipo, lo que quiero simplemente en cualquiera de estas tres competiciones es la mínima olímpica. Me quedé un poco ‘atrasado’ al no competir durante el verano completo el año pasado que era cuando comenzaban las cuotas para estos JJOO, así que eso será lo principal. Aún estoy emocionado de poder volver a competir después de tanto tiempo, así que quiero probarme y ver cuáles son las sensaciones.
Después de tantos meses arrastrando su lesión en el tendón rotuliano, ¿le ha quedado alguna molestia? ¿Barajó pasar por quirófano?
Aún me quedan cosas. Es una lesión que, según me han explicado, me va a seguir molestando para toda la vida. pero es todo es un tema de adaptación. Tengo el tendón más inflamado de lo que lo tenía antes, entonces es una molestia con la que voy a tener que convivir y adaptarme cuando aparezca. De momento estoy bien, estoy consiguiendo entrenar de la manera más continua desde que llegué a España. Llegando a estas fechas siempre me pasaba algo y no podía terminar bien la preparación de cara a la temporada, pero este año estoy teniendo una buena racha y las cosas están yendo como esperaba.
Ahora mismo hay gran nivel en triple salto: Zango, los cubanos, Hibbert que nació en 2005 y es la gran revelación… ¿Cómo ve el panorama en el Meeting de Madrid (en el que encontrará competidores más internacionales), y también de cara a los Juegos?
Siempre ha habido un nivel muy alto en el triple, es todo muy parejo y todos estamos prácticamente a la misma altura. Se espera que estos Juegos sean uno de los más fuertes en la historia de la prueba y pueden pasar muchas cosas. Yo siempre voy a estar ahí metido dentro de, diría, los cinco mejores, que es lo que he demostrado estos últimos años y espero seguir en esa pelea. Aunque lleve mucho tiempo sin competir y vaya a ser complicado coger el ritmo y volver al nivel en el que estaba, creo que faltan muchos meses y se podrá.
Viendo sus sensaciones y los rivales, ¿cree que se pasará en París la barrera de los 18 metros?
No sé, no es algo que me quite el sueño. Eso puede ocurrir en cualquier competición, pero a nivel personal no es algo que esté buscando ahora, no es el momento de obsesionarse. Podría acabar mi carrera en la élite sin saltar 18 metros y no pasaría absolutamente nada. Creo que al final son más importantes las medallas que una marca, llegar a 18 es algo de lo que puedes presumir en los ‘ránkings’ pero si no va acompañado de medallas o títulos no sirve. Si acaba saliendo pues contentísimo, es algo que solo han conseguido seis o siete atletas en toda la historia.
¿Considera estos Juegos como el reto más importante de su vida? ¿Se ve favorito a medalla?
Sí lo es. Cuando me quedé aquí en España ya estaba clasificado para Tokio, pero nacionalizándome no pude ir. Saber que sí que puedo participar en estos, y además representando un país en el que se me ha querido y se me ha respetado me hace muchísima ilusión. No podré responder a si soy favorito hasta que acabe la temporada de invierno y me haya probado otra vez en competición, eso es clave para saber cómo estoy físicamente porque llevo mucho tiempo fuera de las pistas. Ahora mismo por sensaciones puede pasar cualquier cosa, así que veremos primero cómo estoy a nivel competitivo.
¿Cómo empezó en el mundo del atletismo? ¿Era el triple salto su evento favorito?
Empecé a hacer atletismo en la escuela, fue una ‘calentada’ entre amigos porque no me gustaba hacer ningún deporte y nos apuntamos todos a la vez. Cuando mis amigos se cansaron yo también me quería ir y mi madre no me dejó (risas) porque ella no quería que estuviese todo el tiempo en casa jugando a videojuegos. Seguí entrenando hasta que fueron saliendo resultados… y aquí estoy. Justo el triple sí me gustaba mucho desde el principio pero no podía practicarlo todavía en competiciones desde que empecé, tenía que saltar longitud y altura hasta la edad mínima para pasar a triple, que creo que eran los 14 años.
¿Cómo vivió el proceso de nacionalización? Ya despuntaba mucho a nivel mundial.
Bastante tranquilo, las redes sociales me dan muy igual y no les hago ningún caso (risas). La gente de mi entorno me avisaba de que se estaban escribiendo muchas cosas malas, pero yo ya sabía que era algo que iba a pasar. Desde Cuba ya tenía buenas marcas, venía con un palmarés llamativo y me conocía la gente, entonces era consciente de que algo sí se iba a liar. Pero yo me mantuve con mucha calma porque sabía que estaba tomando la decisión correcta y que la rabia se les pasaría cuando fuera pasando el tiempo, como así ha sido.
¿Siente hostilidad por parte de sus ex compañeros de Cuba en el circuito internacional? No puede regresar a su país hasta que pasen ocho años desde la nacionalización.
La verdad es que ha pasado mucho tiempo y no sé decirte, me he desconectado completamente de la situación allí y del régimen y estoy centrado en mi vida y mis cosas. Por fortuna he conocido a muchísima gente aquí en España, me siento muy cómodo y arropado y como si llevase viviendo aquí toda la vida. Estoy muy bien ahora, entreno bien y no tengo dolores de cabeza.
¿Cómo le resulta vivir en Guadalajara? Pedroso ha construido allí el mejor grupo de saltadores del mundo.
La ciudad es muy tranquila, no salimos prácticamente nada (risas), yo entreno, vuelvo a casa y me paso prácticamente toda la tarde jugando a la play. Con el grupo muchas veces salimos a comer algo fuera, nos reunimos, pero estamos ahí simplemente para entrenar juntos en el mismo sitio.
¿Y qué es lo que más le gusta de vivir aquí en España?
Ostras, no sé… yo me quedaría con las personas. Tienen algo que te atrapa aquí, porque la cultura es muy parecida a la de Cuba –cada uno por supuesto con sus cosas- pero de los países de Europa es el más similar a donde nací así que no lo he pasado tan mal. Si viviese de repente por ejemplo en Alemania sí que sería más jodido, no tienen nada que ver… El idioma por supuesto me ayuda mucho, me gustan muchas cosas y me faltan aún miles de sitios del país por conocer.
¿Es fácil vivir del atletismo?
¡Qué va! (risas) Vivir del atletismo es jodido, ¿eh?. No es como el fútbol en el que es fácil que puedas vivir del resto de tu vida muy tranquilo. Aquí en el atletismo tienes que ser muy top, tener muchos contratos y patrocinadores -yo estoy súper agradecido con los míos- y casi ni así se consigue. Hay que aprovechar muy bien los momentos en la élite y saber ahorrar sobre todo, pero de momento es bastante complicado. Aunque quizá de aquí a unos años cambia la cosa…
Compartes club y entrenamientos con Yulimar Rojas, ¿cómo es poder aprender de la mejor atleta del mundo?
Yulimar entrenando es una bestia, es una persona a la que miras y dices, pero ¿qué está haciendo? Es una persona muy, muy centrada en lo suyo. Ahora está de vacaciones en Venezuela, no está aquí en Sant Cugat con nosotros estos días, pero es increíble entrenar con ella en Guadalajara y ver por qué mantiene esos resultados.
Y por último, ¿cuál es su referente en el atletismo y fuera de él?
Y mi referente en el atletismo es sin duda Christian Taylor. Siempre veía sus vídeos antes de conocerlo, pero es que ya cuando he competido con él en la élite he descubierto que es un tío increíble. A veces idolatramos a gente y luego cuando tratamos con ella cara a cara nos damos cuenta de que son personas horribles, pero Taylor no es el caso. Es una persona increíble y desde que lo conocí me ha sorprendido un montón. Fuera del atletismo diría Cristiano Ronaldo, a nivel de mentalidad deportiva está por encima del resto y tiene una historia de superación enorme detrás, porque empezó totalmente desde cero. Me identifico con eso.
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