El documento dice así: «El president del Consorci per a la Normalizació Lingüística atorga el Certificat de nivell intermedi de catalá (B2) a Manuel Escribano Cobos«. Aunque esté en catalán se entiende perfectamente, pero por si acaso viene a decir que Manuel habla y escribe con propiedad en la lengua materna de Joan Margarit -quien, dicho sea de paso, era bilingüe- y es capaz de expresar incluso conceptos complejos. De nada le ha servido, porque el Ayuntamiento de Barcelona lo acaba de despedir tras 17 años como interino alegando precisamente que «no parla catalá».
Manuel, cordobés de 47 años natural de Pedroche, era el cocinero del área de Alcaldía, tal como explica a Diario Córdoba, del grupo Prensa Ibérica. Ocupaba una plaza que se creó ‘ex novo’ en la etapa de Jordi Hereu, actual ministro de Industria, y después le ha servido el almuerzo a Xavier Trias, Ada Colau y ahora al socialista Jaume Collboni, «que me tenía reconocido». Nunca, asegura, le habían exigido el catalán como requisito. Hasta ahora.
«Yo estaba sobre todo dando almuerzos para el equipo de alcaldía, a regidores y visitantes, que ahora hay bastantes, para 25 personas a veces. No es un restaurante, sino una especie de casa de comidas. Compraba y cocinaba y al día siguiente lo mismo», relata. No necesitaba hablar con nadie, ni en catalán ni en español, como no fuera para comunicarse con algún ‘llagostí’, porque en los fogones del Ayuntamiento de la Ciudad Condal siempre ha trabajado solo.
Estabilización de interinos
En el proceso de estabilización de los interinos, que se lleva a cabo desde hace un par de años en todo el país y no sólo en Cataluña, le exigieron un nivel de catalán que, aclara Manuel, por su categoría laboral requería un B1. En otros puestos Barcelona ha exigido hasta un C1, que es casi como tener el catalán como lengua materna. Se les ha solicitado el certificado a músicos y taxistas, entre otras profesiones.
Manuel lleva cuatro años estudiando catalán en el Consorcio para la Normalización Lingüística, un organismo oficial. Su certificado tiene fecha de 23 de diciembre del año pasado aunque el curso finalizó el día 5. Para quienes no podían acreditar con papeles su dominio del catalán, el Ayuntamiento organizó una serie de pruebas a las que este profesional se presentó el 29 de septiembre. No pasó el trámite, por lo que le comunicaron el despido el pasado 9 de enero. Para entonces él ya había presentado su título de catalanoparlante, pero las administraciones públicas parecen estar igual de anquilosadas en catalán que en castellano. No se lo aceptaron porque estaba fuera de plazo.
De baja médica
Y aún hay más supuestas irregularidades. Cuando le comunicaron el despido, llevaba dos meses de baja médica por un accidente laboral. Y aún sigue en rehabilitación, agravada por su situación actual. «Me ha entrado ansiedad por la que me han liado… He recibido un mensaje del Ayuntamiento diciendo que necesitaban una persona para este puesto, pero tengo una penalización de 321 días para entrar en la bolsa de empleo, no creo que pueda entrar ya», apunta.
Su caso es muy similar al del músico sevillano que fue despedido también en Barcelona por los mismos motivos, aunque con más tiempo en la banda municipal, nada menos que 27 años. En respuesta a ese otro episodio el Consistorio barcelonés alegó que había una docena de situaciones parecidas entre varios cientos de aspirantes a los puestos consolidados de funcionario.
Respuesta del Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Barcelona confirma que cuenta con este veterano cocinero para seguir preparando al alcalde, sea quien sea, la escudella i carn d’olla, un cocido típico de la Navidad en Cataluña. La suspensión de Manuel para acceder a la bolsa acaba precisamente el 24 de diciembre, pero para entonces no cree que pueda acceder como interino, sino como trabajador temporal, y probablemente no le compense la espera.
En una respuesta oficial, el consistorio barcelonés asegura que «lamenta la situación producida por la no superación del respectivo proceso selectivo, reitera su deber de cumplir con la legislación vigente y recuerda que, más allá de abonar la respectiva indemnización, se compromete a reservar la plaza en la bolsa de trabajo municipal una vez el trabajador supere las respectivas pruebas necesarias y los requisitos fijados con anterioridad en el proceso público de estabilización de interinos a través de la acreditación de méritos”.