César Rodríguez, jefe de Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica desde septiembre, participará esta semana en Santiago en el Simposio Biopsia Líquida. Para este experto, que ve importantes pasos en el avance hacia la equidad en el tratamiento en toda España, la mayor revolución habida en su campo ha sido el conocimiento de la biología del cáncer.
Acude esta semana al IX Simposio Biopsia Líquida en Santiago. ¿Qué aporta esta herramienta?
Nos ha supuesto un cambio en muchos aspectos. En la esfera del conocimiento porque es una técnica no invasiva que nos permite tener mucha información del tumor causando muchas menos molestias al paciente. Podemos obtener la biopsia líquida de múltiples fluidos y nos ofrece gran cantidad de información, por lo que es una técnica poco invasiva y muy versátil. Y es una prueba dinámica porque podemos monitorizar los cambios genómicos del tumor a lo largo del tiempo, algo mucho más complejo con una biopsia convencional. Monitorizar con biopsia líquida es muy útil, y tiene además la gran ventaja de que nos permite identificar dianas terapéuticas. Por lo tanto, es una herramienta que me permite diagnosticar el tumor, hacerlo de manera dinámica y seleccionar tratamientos en función de los resultados.
¿Su nivel de implantación?
Es irregular, muy variable en función de los centros y del nivel de desarrollo en ellos con respecto a la biopsia líquida. Es muy útil a la hora de ser capaces de identificar determinadas mutaciones y permite tomar determinadas decisiones en cuanto al tratamiento. Pero es una técnica para la que hay que tener un laboratorio entrenado, validado y que desarrolle bien esa técnica. Yesto es lo que aún es desigual, no todos los centros tienen capacidad.
¿Se generalizará?
Se está yendo de manera progresiva hacia generalizar su uso, pero al ser una técnica compleja y que implica incluso a biólogos moleculares, a patólogos entrenados, no necesariamente todo el mundo debe tener un laboratorio de anatomía patológica capaz de hacer biopsia líquida, sino uno de referencia con el que trabajar. En esa línea de la medicina de precisión en la que estamos es importante el trabajo en red, en el que la biopsia líquida, la secuenciación, debe hacerse en centros de referencia. Es el modelo en el que trabajamos en muchas comunidades.
¿Y su coste?
Desde el punto de vista técnico, requiere muchísimos menos costes indirectos, independientemente de que luego haya que hacer un procesamiento y contar con un laboratorio entrenado. Para una biopsia de un hígado necesitas un radiólogo especilizado, un ecógrafo…, además de los tiempos que conlleva. Con la biopsia líquida precisas un análisis y solo requiere procesarlo inmediatamente. Técnicamente supone un ahorro en cuanto al procedimiento y a la complejidad.
¿Qué papel tiene Santiago en el desarrollo de esta herramienta?
Precisamente el simposio que organiza anualmente ha sido una plataforma de visualización del papel que juega y de una actualización constante de cuáles son las indicaciones en ese momento de la biopsia líquida y las áreas de mejora. Santiago es a nivel nacional un núcleo de referencia en cuanto a generar conocimiento y proyectos de investigación sobre biopsia líquida. El instituto de investigación biomédica y todo el grupo que lidera Rafael López ha sido esencial en este desarrollo.
¿Se puede acceder a los mismos tratamientos en toda España?
La estrategia europea, y por extensión los planes de desarrollo de las estrategias nacionales, inciden en que los centros de referencia no solo sean suficientes, sino que tengan una distribución estratégica adecuada. Se está trabajando en su selección con una distribución territorial adecuada. Galicia tiene centros de muy alta calidad para pacientes con cáncer, y lo que se pretende es que en esos centros de referencia se integren el resto en red, de modo que un paciente pueda tratarse siempre con las mismas garantías bajo el amparo de una red que le garantiza los mismos criterios de calidad y de forma equitativa. Y con los ensayos clínicos, una reivindicación en la que incidimos desde la SEOM es en la necesidad de descentralizarlos.
¿Ve cerca esa integración?
Sí, en este momento la distribución de los centros de alcance a nivel nacional es bastante equilibrada. La mayor parte de comunidades tienen centros de alta capacidad para el tratamiento de pacientes oncológicos y estamos muy cerca de desarrollar las redes para que todos puedan colaborar y tener iguales recursos.
Hablando de centros de alta capacidad, Galicia espera tener en 2025 el primer centro de protonterapia público de España, ¿qué supondrá para profesionales y usuarios?
Permitirá un tratamiento muy concreto, muy específico y con unas indicaciones que también son muy definidas. Cuando hablamos de terapias avanzadas, de lo que se trata es de que vaya habiendo centros y se generen áreas geográficas de influencia. La clave estará en cómo se distribuyan esas áreas. Habrá que generar un sistema de acceso que garantice que todo aquel que lo necesite pueda disponer de él.
Lleva tres décadas vinculado a la oncología, ¿en qué ha cambiado su trabajo en este tiempo?
Lo que lo ha revolucionado todo ha sido el conocimiento de la biología del cáncer, de los mecanismos moleculares que dan lugar a su aparición, ya que el desarrollo de los tratamientos avanzados ha sido posible gracias a que conocemos mejor los tumores. La gran revolución ha sido el conocimiento de la biología del cáncer y de sus mecanismos de proliferación y crecimiento. Ahora podemos hacer una secuenciación masiva de más de 250 genes en una única célula tumoral, podemos identificar esos genes y también cinco o seis potenciales dianas con las que tratar el tumor.
¿Hacia dónde se encamina?
El camino hacia el que vamos, y ya estamos en parte en ello, es hacia la medicina de precisión. Ante el mismo tipo de cáncer, mismo estadio, todos los tumores pueden ser diferentes porque incluso hay mecanismos que dependen del propio paciente. Tenemos que mejorar en el conocimiento de los mecanismos de resistencia a los tratamientos porque contamos con muy buenos tratamientos, pero seguimos asistiendo a la capacidad del tumor para generar resistencias. Debemos aprender cómo hacer frente a esas resistencias que el propio tumor genera.
¿Hasta qué punto resultan eficaces los cribados poblacionales?
Juegan un papel esencial, pero también tienen unas limitaciones. Funcionan muy bien cuando se selecciona muy bien la población diana. En este momento es el caso de los de cáncer de mama, colorrectal y de cuello uterino. Se están haciendo algunos programas piloto para el cáncer de pulmón, dirigidos a la población de riesgo, y probablemente en menos de una década serán cribados convencionales.
El tabaco va asociado a un mayor riesgo de cáncer. ¿Cala el mensaje de mantener hábitos saludables?
Creo que sí, pero hay que seguir luchando contra las nuevas formas de tabaquismo como los cigarrillos electrónicos o el vapeo. Hay que insistir en que el alcohol aumenta un grupo numeroso de tipos de cáncer, al igual que la obesidad, donde hay que ser muy beligerantes. E incidir en la importancia del ejercicio físico, que no solo mejora la calidad de vida, sino que reduce el riesgo de determinados tumores.
¿Qué valoración hace del derecho al olvido oncológico?
Ha sido un acierto y, además, se ha aplicado en base a los rangos de tiempo que más favorecen al paciente. Es una ley especialmente proteccionista, por la que a partir del quinto año desde la curación no se puede tener en cuenta para menoscabar los derechos de los pacientes al acceder a un seguro o un préstamo.
¿Aún hay cierto estigma?
Sí, aún quedan pasos, pero se avanza hacia normalizar el diagnóstico y también la curacion.
¿Es un reto asumible?
Exige un esfuerzo significativo, pero se puede con los avances en tratamiento y en diagnóstico precoz que estamos obteniendo.
¿Cómo influyó la pandemia?
Sabemos que en los meses más duros se redujo entre un 18 y 20% el número de diagnósticos de nuevos cánceres, y que en los siguientes se detectaron algunos en estadios más avanzados. También es verdad que el impacto de la pandemia fue intenso, pero recortado en el tiempo.
Catálogo común de pruebas genéticas
Consciente de que uno de los problemas en su campo se centraba en que “el nivel de desarrollo de los biomarcadores y pruebas genéticas era desigual en función de los territorios”, avanza que esta semana el Ministerio de Sanidad presentará un catálogo común de pruebas del Sistema Nacional de Salud, “una cartera básica de servicios que garantizará que cualquier paciente con cáncer, de cualquier lugar, tendrá acceso ea stas pruebas genéticas para ser tratado, y ese catálogo, en cuya elaboración la SEOM ha desempeñado un papel relevante, “incluye que la biopsia líquida debe ser accesible a todos los pacientes”.