El Papa ha denunciado que «las redes sociales fomentan la agresividad verbal» y ha expresado su tristeza por el hecho de que muchos fieles «jamás» hayan leído el Evangelio «de cabo a rabo».
«Regresemos a las raíces para dar al mundo el agua viva que busca; y, mientras la sociedad y las redes sociales fomentan la agresividad verbal, acojamos la dulzura de la Palabra que salva», ha solicitado el Pontífice.
En la homilía de la misa que ha celebrado en la basílica de San Pedro del Vaticano con motivo del Domingo de la Palabra, Francisco ha constatado que son innumerables las ocasiones en las que se oye el Evangelio sin que provoque una transformación en la vida cotidiana: «Muchas veces -ha indicado el Papa – oímos la Palabra de Dios, nos entra por un oído y nos sale por el otro». Por eso, ha exhortado a no ser «sordos» ante la Palabra de Dios. «Atrapados por mil palabras, también nosotros desatendemos la Palabra de Dios: la oímos, pero no la escuchamos; la escuchamos, pero no la guardamos; la guardamos, pero no nos dejamos interpelar por el cambio», ha añadido.
Así, ha señalado que el Evangelio no deja a las personas «aisladas» en sí mismas, sino que «ensancha el corazón, nos hace cambiar de rumbo, altera las costumbres, abre nuevas posibilidades, revela horizontes inimaginables».
La Palabra, según ha explicado Francisco, «despierta la llamada de Jesús», «despierta la misión», hace mensajeros y testigos para «un mundo lleno de palabras», pero «sediento de esa Palabra que a menudo desconoce».
«El Evangelio es un libro de vida»
Igualmente, ha instado a cuestionarse: «¿Qué espacio le doy a la Palabra de Dios en el lugar donde vivo? Puede haber libros, periódicos, televisores, teléfonos, pero ¿dónde está la Biblia? En mi habitación, ¿tengo el Evangelio a la vista? ¿Lo leo cada día para guiarme en la vida? ¿Llevo una pequeña edición del Evangelio en el bolso para leerlo?».
«El Evangelio es un libro de vida, es simple y breve, y sin embargo tantos creyentes nunca han leído uno de principio a fin», ha sentenciado.