El Levante, desde que se vio contra las cuerdas antes de enfrentarse al Valladolid, ha cambiado su tendencia. Ya no es un equipo débil, incomprendido y que siente que todo lo de su alrededor juega en su contra. Ahora, el equipo de Javi Calleja está preparado para dar un paso más en su proceso de crecimiento, donde el convencimiento, y los sueños por cumplir, son los argumentos sobre los que competir en una categoría de plata de la que, de puertas hacia adentro, quieren escapar lo más pronto posible.
La dinámica es tan diferente como positiva. Se notó en el encuentro contra el Albacete, donde la moneda, después de una primera vuelta donde, mayoritariamente, cayó siempre del lado de la cruz, le dio al Levante la posibilidad de, por qué no, creer en un final de temporada feliz. Con la segunda vuelta ya en funcionamiento, y con los objetivos todavía por definir, los pupilos de Javi Calleja afrontar el primer partido a domicilio del segundo tramo de la competición ante al Mirandés viendo cómo los puestos no solo de promoción, sino también de ascenso directo, empiezan a ponerse coquetos. Lo que pareció una utopía, sobre todo, por la situación de un club que aún está pendiente de definir de forma definitiva el plan de viabilidad de José Danvila, comienza a coger forma.
Tras los resultados de Sporting de Gijón, Espanyol y Racing de Ferrol, el Levante se encuentra a cuatro puntos de la segunda posición, mientras se mantiene en zona de promoción de ascenso a la espera de lo que haga el Valladolid en Elche. Enfrente, el Mirandés de Alessio Lisci, viejo conocido en el coliseo de Orriols después de irrumpir en el ecosistema levantinista por su paso por banquillo del primer equipo, intentará frenar la dinámica ascendente del Levante. Los de Miranda del Ebro, salvo en Copa, llevan sin conocer la derrota en liga desde mediados de noviembre, pero los granotas, que ya recuperaron a Andrés García la pasada semana, tendrán como novedad en sus filas a Iván Romero. No obstante, Álex Muñoz, fijo y clave en el eje de la zaga, se perderá la cita tras ver la quinta amarilla contra el Albacete.