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los cierres de Danone y Bimbo son el último síntoma

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No hay un problema único con las fábricas en España. En las últimas semanas, dos marcas conocidas por todos los hogares del país, Bimbo y Danone, han anunciado el cierre de dos de sus plantas. Los cambios alimentarios, la elección de la marca blanca en épocas de inflación o de crisis, explican, en parte, estas decisiones empresariales. Pero hay otras fábricas que han anunciado el cierre, están repartidas por la geografía española y trabajan en otros sectores: desde el cemento al plástico. Los motivos que han llevado a clausurar su actividad son diversos, como la realidad de cada uno de los sectores. Pese a ello, empresarios y sindicatos se ponen de acuerdo para pedir inversiones y una apuesta decidida por la reindustrialización en España.

Este periódico ha recopilado siete fábricas más que han anunciado cierres en los últimos meses de 2023 o los primeros días de 2024. La mayoría está en negociación con los representantes de los trabajadores. En juego, hay cerca de un millar de empleos, que los sindicatos esperan, o bien, mantener en otras plantas, o bien, garantizar una salida cómoda a través de prejubilaciones o bajas voluntarias. Todas las fuentes consultadas descartan que haya una ola de cierres o una deslocalización masiva, pero reconocen que la inflación ha hecho mella en el sector industrial.

La industria pide un plan B que garantice que el sector se adapte a la transición energética y que las plantas que agotan su vida productiva se reconviertan y creen o mantengan empresas en el sector. Así lo explica Gerardo Cortijo, responsable del área de política industrial de Comisiones Obreras. “No es una situación alarmante, pero hay que empezar a trabajar en la reindustrialización”, explica. Desde el sindicato reclaman una nueva ley de Industria, que renueve la actual, de 1992.

Los cierres de las fábricas de Danone y Bimbo son el último síntoma de esa necesidad por la reindustrialización que reclaman también desde la Alianza por la competitividad de la industria española. Esta agrupación empresarial considera imprescindible mejorar el precio de la energía, medidas para aumentar el peso de la inversión, medidas para avanzar en la simplificación normativa y en la digitalización de la industria, tal como le trasladaron al recién nombrado ministro de Industria, Jordi Hereu, en la reunión que mantuvieron hace solo una semana.

Distintos factores

Danone y Bimbo han aludido a la caída de las ventas y a los cambios en el consumo como los motivos para echar el cierre de dos de sus plantas, una en Parets del Vallès (Barcelona) y otra en Verger (Alicante). Ambas dejan en el aire alrededor de un centenar de puestos de trabajo. No obstante, hay dos fábricas más en el sector de la alimentación que cerrarán en los próximos meses. Una es la de Ordesa, en Sant Boi de Llobregat (Barcelona), que ha decidido externalizar la fabricación de los productos que se manufacturaban en ese centro. El otro caso es el de Atunlo, con plantas en O’Grove y Santoña, ambas en Galicia y que responde, según fuentes sindicales a una “mala gestión económica”.

El secretario del Sector Agroalimentario de UGT, Sebastián Serena, quita peso al argumento de que los hogares elijan la marca blanca frente a la del fabricante, “eso no tiene relación con los cierres”, asegura. Sin embargo, sí enumera alguna de las causas que han facilitado llegar a esta situación: desde la bajada en el volumen de ventas a la guerra de precios de la competencia.

Serena también señala a la normativa laboral y critica que las empresas puedan presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) cuando acumulan tres trimestres sin beneficios. “Eso no se ha restituido con la reforma laboral”, critica.

“El cierre de estas fábricas es el último punto después de muchas decisiones empresariales: estas pueden ir desde la centralización de una línea de producción a la decisión de no invertir en renovar maquinaria, por poner un ejemplo”, comentan fuentes empresariales.

El escenario macroeconómico no es una cuestión ajena ante estos cierres. Las mismas voces apuntan que durante los meses en los que la inflación ha sido más alta, se han repercutido algunos costes -como los energéticos- a los precios. Sin embargo, aunque estos costes empiecen a descender, hay otros más estructurales, como los costes laborales, que se mantienen altos, y esto afecta a las cuentas de las compañías.

Los últimos datos sobre las cifras de negocios en la industria, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), corresponden a noviembre de 2023, pero arrojan una caída del 2,2%. Este índice se mantiene en negativo desde abril de 2023, en tasa interanual. No obstante, a cierre del pasado año, la cifra de trabajadores en la industria no se ha reducido, según los datos del Ministerio de Seguridad Social.

La transformación de la industria

Las fuentes consultadas abogan por una transformación de la industria, hacia plantas más modernas y sostenibles. Esta “reindustrialización viene motivada por la necesaria transición energética, algo que se observa y es evidente en el sector de la automoción”, comenta Gerardo Cortijo. Precisamente, hay algunas plantas vinculadas a este sector que también cerrarán en los próximos meses.

Una de ellas es Galmed, en Sagunto (Valencia), con un centenar de empleos afectados. La planta produce acero galvanizado y la dirección achacó al comportamiento del sector automovilístico el motivo del cierre. En el sector energético, Schneider Electric anunció a finales de diciembre el cese de actividad de su planta en Griñón (Madrid), después de una prolongada movilización sindical. La compañía ha decidido trasladar su producción a Italia, aunque mantiene otros centros en nuestro país.

Preguntados acerca de la deslocalización, los sindicatos explican que no es un movimiento generalizado en la industria, como sí ha ocurrido en otros momentos y en otros sectores, sino que se trata de realidades concretas que optan por reducir costes o por modificar sus cadenas de producción. Otra planta que se ha visto afectada por esta realidad es la de Neoperl Ibérica, en Montornès del Vallès (Barcelona). En este caso, la compañía ha trasladado la producción a Bulgaria por motivos económicos y por la reducción de márgenes.

En Cartagena (Murcia), los miembros del comité de empresa de la fábrica de plásticos de la compañía saudí Sabic, buscan un plan que permita mantener los empleos industriales para todos los trabajadores. Los empleos afectados por el cierre son más de 100, aunque calculan que pueden ser más de 5.000 si se tienen en cuenta empleos indirectos.

Julián González, secretario del sector químico, textil y de artes gráficas de UGT, comenta que las salidas de Sabic no han sido «traumáticas» y explica que en este caso, también se ha buscado un ahorro de costes a través de la deslocalización de la producción a China. Las causas del cierre también tienen de fondo la situación de la industria automovilística, ya que el plástico que producía la planta se utilizaba para los faros de vehículos. González también descarta que se esté produciendo una ola de deslocalizaciones.

“El modelo tiene que pasar por buscar inversores que garanticen la viabilidad de esas plantas”, añade Cortijo. “Los fondos Next Generation pueden ser una oportunidad para la reindustrialización”, añade. “Lo más importante es que se mantenga el empleo industrial en cada región”, apunta Serena.

“Los fondos Next Generation pueden ser una oportunidad para la reindustrialización”

gerardo cortijo, responsable de política industrial de ccoo.

Tradicionalmente, la industria ha concentrado los salarios más altos, ligados también a la productividad y a la competitividad de la economía. “Su efecto arrastre hacia el resto de sectores, el tipo de empleo que genera, su capacidad de innovar y de extender la tecnología que aplica a toda la sociedad, hace de la industria una actividad puntera y esencial para el crecimiento de la productividad de cualquier economía y, en consecuencia, para su potencial de crecimiento a largo plazo”, resumía la CEOE en un informe.

El cierre de estos centros de producción pone el foco en la necesidad de buscar nuevos ocupantes para las fábricas. ¿El objetivo? Mantener el empleo industrial en España. Hay ejemplos recientes: el grupo Nervión reactivó la planta que Siemens Gamesa dejó en As Somozas (A Coruña). En el futuro, se buscan inversores. Razón: las fábricas españolas.

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