Es uno de los pueblos más bonitos de España y la Organización Mundial del Turismo acaba de incluirlo en el selecto listado de los mejores destinos rurales de todo el mundo. Este pequeño municipio de Teruel, en el corazón del Maestrazgo, está lleno de historia y cuenta con un legado cultural impresionante. Se trata de Cantavieja, la capital de la comarca, situada sobre un peñón calizo a 1.300 metros de altitud. La localidad fue declarada Bien de Interés Cultural en 1981.
¿Qué ver en Cantavieja?
De acuerdo con la leyenda, Cantavieja fue fundada por el estadista cartaginés Amílcar Barca y su nombre original fue Cartago Vetus. Durante la Edad Media fue primero enclave musulmán hasta la conquista por parte de Alfonso II de Aragón en 1.160. Los templarios primero y la Orden de San Juan a partir del siglo XIV, se asentaron en el territorio y su huella perdura hoy en día en múltiples monumentos.
Plaza porticada (Foto: Oficina de Turismo de Cantavieja)
En la Plaza Porticada de Cantavieja, nos encontramos la Iglesia de la Asunción, que imita a la basílica del Pilar, al igual que otros templos de la comarca del Maestrazgo. Sobre la antigua edificación medieval se construyó un templo barroco y solo se conservó la torre y la portada lateral, que constituye hoy el acceso principal.
La Iglesia de San Miguel, de estilo gótico levantino, tiene en su interior un oratorio promovido por Gonzalo de Funes, que fue comendador de Aliaga y Cantavieja, además de castellán de Amposta. Allí se encuentra el sepulcro de este destacado caballero de la Orden de San Juan, un impresionante sarcófago de alabastro con relieves.
Sepulcro de Gonzalo de Funes (Foto: Oficina de Turismo de Cantavieja)
Centro neurálgico de las guerras carlistas
Cantavieja también tuvo mucho protagonismo durante las guerras carlistas. Uno de los líderes de la primera Guerra Carlista, Ramón Cabrera, conocido como ‘El Tigre del Maestrazgo’ o como lo citó Benito Pérez Galdós, el ‘Napoleón de la montaña’, vivió aquí, en la Casa el Bayle. Lamentablemente el conflicto destrozó parte del legado artístico de la localidad, especialmente el castillo, del que sólo se conservan algunos torreones del recinto amurallado. El Castillo de Cantavieja, en cualquier caso, sigue ofreciendo maravillosas vistas de todo el Maestrazgo.
El Museo de las Guerras Carlistas recrea la historia de este cruento conflicto, clave en el siglo XIX. Se puede ver una maqueta de la toma de Mirambel, un cañón fundido en Cantavieja, réplica exacta del original, grabados, ilustraciones y caricaturas de la prensa de la época, libros de viajes y biográficos, etc. además un centro de documentación relacionado con las guerras civiles del siglo XIX.
Pese a su pasado bélico (o quizá precisamente por ello), en la fachada del ayuntamiento de Cantavieja se puede leer: Quien gobierna esta casa odia la maldad, ama la paz, castiga los crímenes, conserva los derechos y honra a los honestos”.
La Nevera de Cantavieja
En lo alto, cerca del castillo se erige la Nevera de Cantavieja, pozo excavado que se utilizaba para guardar nieve y conservar los alimentos. La parte superior está cerrada con una falsa cúpula. Su uso se alargó hasta comienzos del siglo XX. En la actualidad se ha colocado una escalera de caracol para poder acceder al interior y visitar esta importante muestra de la arquitectura popular.
Cantavieja forma parte del Camino del Cid, un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sudeste tras las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI.
El visitante puede disfrutar de la historia y también del inmenso patrimonio natural de esta localidad aragonesa. Cuenta con múltiples senderos y lugares sorprendentes como el Mirador de la Tarayuela, la fuente de la Faldrija o las orillas del río.
Arte rupestre en el Maestrazgo
Cantavieja es la capital de la Comarca del Maestrazgo, y desde allí se pueden visitar el resto de pueblos, de gran valor histórico y paisajístico: Allepuz, Bordón, Cañada de Benatanduz, Cuevas de Cañart, Castellote, Fortanete, Iglesuela del Cid, La Cuba, Mirambel, Miravete de la Sierra, Molinos, Pitarque, Tronchón, Villarluengo y Villarroya de los Pinares.
Retrocederemos incluso a la prehistoria, con la muestra más importante del arte rupestre levantino: el abrigo de la Vacada, con una antigüedad situada entre los años 6.000 y 4.000 a.C. Es donde más figuras se han encontrado entre ellas una mujer, pero hay más: los abrigos del Torico del Pudial, el del arquero, el de La Fonseca y el frios abierto del Pudial, en Ladruñán; y el abrigo de Cantalar, en Villarluengo.
En diciembre de 1998 el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.