Según un estudio dirigido por el Laboratorio de Ornitología de Cornell, más del 80% de la superficie terrestre mundial necesaria para mantener el bienestar humano, así como los niveles básicos de biodiversidad, está en peligro a causa de la actividad humana.

El estudio, publicado en Nature Communications, desvela que aproximadamente la mitad de la tierra firme mundial, excluida la Antártida, proporciona casi todos los niveles actuales de servicios de la naturaleza a las personas y, al mismo tiempo, conserva una biodiversidad compuesta de 27.000 especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. De esa cantidad, sólo el 18% está adecuadamente protegido, según el estudio.

«La biodiversidad, el clima y el desarrollo sostenible no pueden considerarse de forma aislada», afirmó la autora principal, Rachel Neugarten, estudiante de doctorado en el Laboratorio Cornell.

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«También debemos tener en cuenta las contribuciones de la naturaleza al bienestar humano, incluido el agua potable, el almacenamiento de carbono, la polinización de cultivos, la mitigación de inundaciones, la protección costera y más», añadió.

Estos hallazgos presagian la llegada de graves problemas, porque el 37% de las áreas terrestres que brindan servicios de la naturaleza también son altamente aptas para el desarrollo mediante agricultura, energía renovable, petróleo y gas, minería o expansión urbana.

Su potencial de desarrollo, junto con el hecho de que actualmente pocas áreas prioritarias están protegidas, significa que una conservación adecuada de esas zonas requerirá soluciones creativas, como el uso sostenible y la planificación paisajística multifuncional.

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«Nos enfrentamos a enormes desafíos», dijo la autora principal Amanda Rodewald, del Centro de Estudios de Población Aviar del Laboratorio Cornell. «Con recursos limitados disponibles para abordar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la pobreza y la inseguridad hídrica, debemos ser estratégicos y encontrar formas de abordar más de un desafío a la vez».

«Si se diseña cuidadosamente, el desarrollo de energías renovables puede ser compatible con la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para las personas», consideró Neugarten.

«Ejemplos de esto incluyen el pastoreo de ganado bajo parques eólicos o el cultivo de jardines con polinizadores nativos bajo paneles solares. Pero existe un riesgo real de que lograr los objetivos de energía renovable pueda entrar en conflicto con los objetivos de conservación de la naturaleza sin una planificación cuidadosa», consideró la científica.

Estudio de referencia: DOI: 10.1038/s41467-023-43832-9

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