La futura operación militar naval de la Unión Europea en el mar Rojo toma cuerpo. Aunque no habrá decisión formal de los Veintisiete este lunes, el principio de que la UE debe estar presente en la zona ya ha sido «aceptado» y los preparativos de los expertos militares están en marcha. Según fuentes diplomáticas, al menos «seis países europeos» han mostrado su intención de participar, entre ellos Alemania, Italia y Bélgica, y la misión podría aprobarse en la reunión de ministros de exteriores del 19 de febrero, con el mandato de garantizar la seguridad de los buques mercantes y la navegabilidad en la región, incluida la posibilidad de derribar en el mar drones y misiles lanzados por los rebeldes hutíes desde Yemen.
Los Veintisiete trabajan con la idea de poner en marcha la misión lo antes posible. Esta semana se ha reunido el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE para identificar las necesidades y los Estados miembros esperan ahora las recomendaciones de los expertos militares sobre los detalles operativos y los preparativos militares necesarios. «Va bastante bien. Una de las cuestiones clave para nosotros es cómo de rápido podemos lanzar la misión. Cada día que ganemos es bueno así que vamos a ver cómo acelerar el proceso», explica un alto cargo de uno de los países interesados a priori interesados en participar.
Según otras fuentes consultadas hay un «alto grado de consenso» entre los Estados miembros sobre la necesidad de actuar con rapidez y pragmatismo y eso significa utilizar como punto de partida la Operación Agenor, una misión de vigilancia marítima desplegada desde hace tres años para garantizar la navegación entre el estrecho de Ormuz, controlado por Irán, y el Golfo de Omán y en la que participan actualmente Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, Italia, Holanda, Noruega y Portugal bajo el liderazgo de Francia.
Utilizar esta operación ya existente permitiría ahorrar tiempo y acelerar la puesta en marcha. «Si las conversaciones son productivas, la operación podría lanzarse en un corto periodo de tiempo», explica un alto cargo europeo, aunque sin poner plazos concretos. Países como Bélgica han confirmado este viernes su intención de enviar la fragata Luisa María y lo mismo se plantea Alemania que, si el Bundestag da vía libre, podría desviar la fragata que tienen desplegada en el mediterráneo oriental al Mar Rojo. Otros países que también hará aportaciones a la misión serán Francia e Italia mientras que podría sumarse Noruega.
Misión ejecutiva
La propuesta planteada por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se refiere a una misión ejecutiva lo que implicará el uso de la fuerza, aunque la media docena de fuentes consultadas señalan que no se atacarán objetivos en territorio de Yemen, como han hecho Estados Unidos y Reino Unido en el marco de la operación Guardianes de la Prosperidad. «La misión responderá a cohetes y drones lanzados contra los buques», insisten. La intención de la UE es utilizar la operación Atalanta contra la piratería, en la que participa España con una fragata y que se desarrolla frente a las costas de Somalia desde hace 15 años, como modelo, aunque reconocen que se trata de algo «más complejo».
Precisamente, en diciembre pasado Borrell planteó la posibilidad de extender esta misión Atalanta aunque España se opuso. El Gobierno español ya ha avanzado que no participará en la nueva misión «aunque no tiene ningún inconveniente», explican fuentes diplomáticas europeas, con que se ponga en marcha. «Participamos en todas las misiones y lo que no podemos estar es en todos los sitios”, explican fuentes diplomáticas españolas.
Más allá de la misión en el mar Rojo, los ministros de exteriores dedicarán la jornada del lunes a hablar de la situación en Oriente Próximo y de Ucrania. Hasta Bruselas se desplazarán media docena de ministros de exteriores -incluido el de Israel y Palestina- para discutir sobre la situación en Gaza y Cisjordania, el escenario postconflicto y el futuro papel de la Autoridad Palestina. Sobre la mesa también estarán las nuevas sanciones a Hamas, para impedir su financiación, y el posible castigo a los colonos violentos. El encuentro también servirá para hacer balance de la situación en Ucrania y hablar con el ministro de exteriores Dymitro Kuleba, de las necesidades militares más urgentes.