El cargo de Jefe de la Casa del Rey actualiza las responsabilidades del atávico Mayordomo mayor del Rey. Sin embargo, el rango de mayordomía ayuda a comprender el cambio que acaba de producirse en el cargo, con independencia de la nomenclatura. Camilo Villarino reemplaza al eterno Jaime Alfonsín en la jefatura con rango ministerial. Se puede hablar de un cambio de Gobierno en la Zarzuela, pero teniendo en cuenta que la jerarquía originaria es tan absoluta como la dependencia que se establece todavía respecto del Jefe del Estado. Cabe evaluar desde un principio si Felipe VI ha dispuesto de la capacidad irrefrenable de prescindir de su círculo íntimo que ejerció Juan Carlos I. Una vez decapitado, el carismático Sabino Fernández Campo recordaba que su obligación era cantarle las verdades al monarca aunque le disgustaran, una sinceridad por la que se paga un precio.
El hermético Alfonsín ha permanecido junto al Rey más tiempo que ninguno de sus predecesores. El accidentado desempeño de Felipe VI, con cuatro elecciones, una moción de censura y varias investiduras fallidas en una década en el trono, puede deberse exclusivamente a los avatares de una política mundial enloquecida. No faltará quien defenderá que la situación habría empeorado sin su Mayordomo mayor, pero cuesta saber cómo. En el asunto axial de los discursos regios, han caminado con aceleración creciente hacia el anquilosamiento de su progenitor, según demuestra la audiencia de su último mensaje navideño.
Juan Carlos I invitó a Doña Sofía y a Fernández Campo a comer en uno de los restaurantes más lujosos de Madrid. Rodeados del boato que concedían el entorno y los demás comensales, el entonces Rey le comunica a su esposa en voz alta:
-Sofía, ya sabes que Sabino nos deja.
El que no lo sabía era Sabino. No son las maneras de Felipe VI, que devuelve con Villarino la diplomacia a La Zarzuela, en el momento en que se juega el futuro de su reinado. Y por mucho que se disfrace de equidistante al sustituto, viene etiquetado por sus cargos junto a políticos socialistas.