«La desaparición de mi hermano no es normal. Sé que no se ha ido por propia voluntad», aseguraba Juanillo -Juan Muñoz- hace cinco meses a CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica. «Sé sus nombres, sé quién esta detrás… Alejandro solo tenía un conflicto y era con un muchacho», explicaba, «la realidad es que mi hermano se enfrentó a él… y ese chico tenía que cobrarlo. Es una vendetta, una venganza, ya está«.
La documentación del desaparecido, su teléfono, apareció en el interior de su furgoneta, con la ventanilla bajada. No estaba él. «Me da la sensación de que a Alejandro lo han bajado del coche«, lamentaba. «Lo han podido poner a punta de pistola… no sé».
Tres disparos directos a la cabeza, uno de ellos, en la sien, mortal. Este martes, Juanillo asesinaba en plena calle de Atarfe (Granada) a quien siempre consideró sospechoso de la desaparición de Alejandro, su hermano, ausente desde el mes de julio de 2023.
Tras varios meses sin noticias, sin avances, Juanillo fue directo a por J.J.F.. «Autor intelectual», afirmaba siempre Juanillo, de la desaparición de su hermano. Ojo por ojo, ley del Talión. Según fuentes cercanas, tras esperar desde las 11:30 horas en la plaza, sobre las 13:00 horas al fin lo vio pasar con su coche. Le puso la pistola en la cabeza, no se lo pensó. Apretó el gatillo en tres ocasiones. Lo mató.
J.J.F no estaba solo. En el interior del vehículo, junto a él, estaba una niña de 3 años. Lo vio todo. Juanillo huyó.
El sonido de los disparos alertó a todos en Atarfe. Varias llamadas alertaron de lo ocurrido. Al lugar llegaron la Policía Local, Emergencias y una patrulla de la Guardia Civil. Nada pudo hacerse por la víctima, J.J.F.
Gritos, clamor y shock. Y Juanillo ya no estaba allí. Cerca de las tres de la tarde se entregó, confirman fuentes cercanas al caso a este periódico. Se presentó en el cuartel de la Guardia Civil como autor del crimen y entregó el arma, la pistola con la que disparó.
Familias enfrentadas
No estaba bien. Aseguran desde su entorno. Desde hacía tiempo «Juanillo estaba muy mal». Ansiedad, nervios, tristeza. La desaparición de Alejandro, la falta de respuestas, tenía mucho que ver. «Ni comemos, ni tenemos ganas de vivir, principalmente mi padre y mi madre… No estamos en situación de ganas de vivir. Nos han hecho unas cosas que no…», explicaba el propio Juanillo meses atrás a CASO ABIERTO.
Nunca escondió sus sospechas. Las contó a los agentes, a este medio, y aquel que preguntara por la desaparición. «Mi hermano solo no se va. Estaba muy bien aquí». Las mismas fuentes cuentan que el hecho de que Juan acusara, en alto, a la otra familia de la desaparición de su hermano había generado problemas. Según les contaba el propio Juanillo, este había recibido amenazas de parte de algunos miembros del clan tras la desaparición de Alejandro. La palabra miedo apareció también en la conversación con este periódico.
«Los días previos mi hermano estaba un pelín raro. Me decía: ‘yo me siento vigilado’. Tenía miedo, se sentía agobiado», apuntaba Juan. «Yo también me siento como se sentía mi hermano antes de desaparecer. Yo no salgo de mi casa apenas, ellos me tirotearon una vez…». Tras la desaparición, y las nuevas rencillas, le recomendaron que denunciara estas nuevas amenazas a la Guardia Civil. La reseña quedó anotada. De nuevo un enfrentamiento entre las dos familias. Uno más.
Años de conflicto
El conflicto entra ambas familias no es nuevo. El enfrentamiento empezó años atrás. La víctima J.J.F., según ha podido saber CASO ABIERTO, es familia de «el muchacho» con el que Alejandro (desaparecido), se enfrentó antes de desaparecer. «Mi hermano pegó una puñalada a ese muchacho, y ese se las tenía que cobrar. Alejandro entró en prisión por ese acto y, cuando salió, desapareció», contaba a este medio Juan. «Nos han guardado rencor desde hace tres años, no saben perdonar».
Juan siempre consideró que esta familia, este clan, era el responsable de la ausencia de Alejandro. La Guardia Civil, hasta la fecha, no ha encontrado evidencias de que algún miembro de esta familia sea responsable de la desaparición, aunque continúa abierta la investigación. Juanillo está en el calabozo, a la espera de pasar a disposición judicial. J.J.F. ha muerto. Alejandro sigue sin aparecer, sin estar.