«Todo un acierto». Pocas veces un nombramiento concierta tanta unanimidad. El diplomático Camilo Villarino (Zaragoza, 1964), hasta ahora jefe de gabinete de Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, es el nuevo jefe de la Casa del Rey en sustitución de Jaime Alfonsín, quien después de 30 años junto a Felipe VI se retira a segundo plano, ya que será consejero privado. Villarino es un diplomático «muy profesional» ninguneado por Albares y rescatado por Borrell.
Alfonsín, de 67 años, era responsable de la secretaría de Felipe de Borbón cuando era príncipe de Asturias y siguió a su lado al comenzar su reinado en junio de 2014, tras la abdicación del Rey Juan Carlos I.
«Camilo Villarino es discreto y de máxima eficiencia y solvencia. Ex jefe de gabinete de un ministro del PP y de dos ministros del PSOE, con lo que el equilibrio es perfecto. Solo hay una persona que no estará contenta: el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, pues le tiene una ojeriza grande. Nunca ha soportado la excelencia», indica una fuente diplomática a El Independiente. «Camilo es de los que considera ‘profesionales’, gentes a las que se les reconoce su valía con independencia de la ideología del gobierno de turno. Albares sin el PSOE de Pedro Sánchez seguiría de subdirector», agrega la citada fuente.
Solo hay una persona que no estará contenta: Albares, pues le tiene una ojeriza grande»
fuente diplomática
Un miembro de su promoción le describe como un auténtico profesional. «Es discreto, como gusta en la Casa del Rey, y no está marcado políticamente. Es muy concienzudo y disciplinado», apunta este diplomático, que recuerda cómo chocó continuamente con Albares cuando el actual jefe de la diplomacia española estaba en Moncloa y Villarino en Exteriores.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, cursó el diploma para Estudios Europeos Avanzados en el Colegio de Europa en Brujas. Ingresó en el Servicio Diplomático en práctica en 1989. Ha estado destinado en diversos puestos en Zagreb, Bruselas, Washington y Rabat. Su último destino era Bruselas, junto a Josep Borrell. Antes fue jefe de gabinete de la ministra Arancha González Laya, quien le ha dedicado un emotivo mensaje en X y le ha descrito como «un servidor discreto y leal».
Camilo Villarino estuvo imputado por el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza en el marco del caso Ghali. El exnúmero dos de González Laya se vio involucrado en la causa en julio de 2021 por ser él quien había llamado al Estado Mayor del Aire para comunicar que llegaba un avión a España con el líder del Frente Polisario. El magistrado Rafael Lasala trató de acreditar sin éxito si hubo algún delito en el recibimiento del Gobierno a Brahim Ghali en plena pandemia, según informa Irene Dorta.
Borrell trató de que Villarino tuviera un destino acorde a su valía, pero Albares se opuso radicalmente. Su nombre sonó como embajador en la Federación Rusa pero el ministro de Exteriores lo vetó. Tampoco accedió a enviarle a otros destinos posibles. «Borrell se cansó de pedirle que le diera entonces otra Embajada acorde con su valía reconocida por todos», recuerda un diplomático. Cuando el ministro socialista se atrincheró y se negó a concederle una legación, Borrell le repescó en Bruselas.
«Es el mejor servidor público con el que he trabajado y he conocido de cerca a seis ministros. Como jefe de gabinete en Exteriores tenía trato directo con la Casa del Rey así que le conocen muy bien. Es espléndido. Es un gran acierto porque combina una firme lealtad, un probado sentido de Estado y una gran entrega al trabajo. Además, tiene los pies en la tierra, no vive en una burbuja», señala quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos, quien no podía ocultar su alegría. A muchos les parece que con esta designación se ha hecho justicia con un funcionario impecable que será a partir de ahora la mano derecha del monarca.
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