Completísimo repaso de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) a los problemas que nos aquejan en un país donde aproximadamente el 20% de la población sufrirá un trastorno a lo largo de su vida. Ansiedad, depresión y problemas del sueño son los más comunes. Por eso, la demanda de la asistencia se ha disparado. Por ejemplo, en solo tres años, se ha triplicado en menores. Pero siguen fallando los recursos. Muy escasos. Un aspecto muy relevante: la depresión está emergiendo como la principal causa de incapacidad laboral permanente, superando incluso a los problemas de espalda.
Con datos aportados este jueves por los expertos, si la prevalencia de la enfermedad mental en Europa es del 15-18%, en nuestro país es del 29% y mucho más elevada en mujeres. Además, han denunciado una y otra vez, la falta de recursos. España necesitaría incorporar de 370 a 565 psiquiatras de aquí a 2026 para llegar a una ratio óptima y estar en las medias europeas.
Por óptima, explicó el doctor Manuel Martín, presidente de la sociedad científica, se entiende una ratio de entre 13 y 15 psiquiatras por 100.000 habitantes. Y en España, son 12, frente a la media de 18 por 100.000 habitantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 9,7 si se habla de la sanidad pública. «Hay cada vez más demanda y menos recursos. La situación es complicada y viene de lejos», señaló el especialista. Así se ha expuesto esta mañana en un taller para periodistas organizado por la SEPSM y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), en colaboración con la compañía Johnson & Johnson.
Los recursos
Un encuentro en el que los expertos dieron datos precisos, tirando de los que contiene el ‘Libro Blanco de la Psiquiatría en España’, presentado este verano. El doctor Manuel Martín además, aludió a la disparidad en el reparto de esos recursos por comunidades. Con Cataluña o País Vasco, por citar dos, mejor dotadas y, en el extremo contrario, Comunidad Valenciana las ciudades autónomas de Ceuta o Melilla o Extremadura.
El impacto de la pandemia se sigue arrastrando: provocó un incremento de los síntomas depresivos ansiosos y de estrés
Por supuesto, el impacto de la pandemia se sigue arrastrando. Provocó un incremento de los síntomas depresivos ansiosos y de estrés. Pero, ha advertido el doctor Manuel Martín, ese déficit de especialistas es casi histórico. «Antes de la pandemia, ya existía una falta de profesionales, estando muy por debajo en la asignación de recursos en comparación con otros países de nuestro entorno», apuntó.
Poblaciones vulnerables
Víctor Pérez Sola, presidente de la FEPSM, incidió en el impacto de los problemas de salud mental en las poblaciones más vulnerables. Los menores, por supuesto: en solo tres años, se ha triplicado la demanda de asistencia en esta franja de edad y muchos trastornos mentales comienzan antes de los 18 años. Las redes sociales, admitió, amplifican esos trastornos, pero también pueden ser una excelente herramienta de detección.
La doctora Llanos Conesa, secretaria de la SEPSM, incidió en la escasez de recursos para la población infanto-juvenil, «Existe mucha escasez de recursos intermedios, como son los hospitales de día y de media estancia, centros específicos para patologías graves muy frecuentes como los trastornos de personalidad«, ha señalado.
Los migrantes, especialmente aquellos en situación irregular, que muchas veces acuden a Urgencias de los hospitales porque no tienen otro recurso sanitario, son también colectivos vulnerables con circunstancias especiales. Otro grupo sería el de la población reclusa, así como las personas con patología dual, que sufren tanto enfermedad mental como adicción a sustancias tóxicas. Y, llamó la atención el especialista, sobre las demencias en mayores y el problema que supone la soledad no deseada. Muy a tener en cuenta, dijo.
Enfermedad mental grave
En líneas generales, expusieron, alrededor del 20% de la población española sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. De estos, aproximadamente más de un 5% se podrían clasificar como graves, como esquizofrenia, trastorno bipolar y depresiones graves. Las más frecuentes como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la conducta alimentaria, así como los problemas de sueño, sufrieron un incremento durante la pandemia. Algo que se vio de forma más acusada entre la población infanto-juvenil, reseñaron.
Solo entre el 14 y el 36% de las personas con trastornos mentales están en contacto con un servicio de salud mental
Pero, ante esta situación, volvieron a poner sobre la mesa la falta de recursos. Según un estudio europeo, solo entre el 14 y el 36% de las personas con trastornos mentales están en contacto con un servicio de salud mental, dependiendo del país, y solo la mitad recibe un tratamiento adecuado.
Poca inversión
El doctor Pérez Sola reseñó que, históricamente, ha habido una inversión «notablemente menor» en salud mental que en otras especialidades. Ha representado solo una sexta parte en comparación con la atención médica convencional. Y advirtió sobre la depresión y su enorme impacto en el entorno laboral.
Ya está emergiendo, dijo, como la principal causa de incapacidad laboral permanente, superando incluso a los problemas de espalda, lo que conlleva «enormes costes económicos y sanitarios» y, a pesar de estos datos, no existen mecanismos para facilitar la reintegración laboral de las personas con la enfermedad por lo que ya están en contacto con el Ministerio de Trabajo para ver qué medidas se pueden adoptar.
Existe un porcentaje de entre el 25-30% de depresiones que no responden a los fármacos, señalan los expertos
Añadió que existe un porcentaje de entre el 25-30% de depresiones que no responden a los fármacos, pero el restante «puede hacer una vida normal» y que, en un 80% de los casos, son los médicos de familia quienes abordan la enfermedad. Volviendo al impacto en el entorno laboral, abundó que a veces es ese propio entorno el que propicia la dolencia si existe conflictividad laboral. «Muchas veces la represión arranca de una situación de estrés. Lo importante no es lo que nos pasa, sino las expectativas que tenemos de lo que nos pasa», dijo el doctor Pérez Solá.
La salud mental, en el centro
Los expertos finalizaron aludiendo a la mayor «mayor atención política» sobre los problemas derivados de los trastornos mentales. La nueva estructura del Ministerio de Sanidad incluye la posición de un Comisionado de Salud Mental, un organismo de reciente creación, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 9 de enero. Al frente está Belén González Callado, con quien los psiquiatras están deseando reunirse para exponerle todas sus inquietudes.
Esto coincide con acciones similares en otros países, como Italia, que también ha creado este comisionado, dijeron. También aludieron al acuerdo parlamentario para elaborar un Pacto de Estado sobre Salud Mental, con el objetivo de garantizar una atención oportuna y de calidad a lo largo de toda la vida, «no solo terapéutica sino también preventiva».