Emular el saludo fascista o romano, con el brazo en alto, no será considerado delito en Italia si no existe el peligro concreto de una verdadera intención de revivir el fascismo, según han comunicado las Secciones Unidas del Tribunal de la Casación (equivalente al Tribunal Supremo, en España) este jueves. El fallo, cuyas argumentaciones se conocerán en los próximos días, ha sido festejado por formaciones de extrema derecha y por Ignazio La Russa, presidente del Senado y miembro de Hermanos de Italia, el partido posfascista de Giorgia Meloni.
La incriminación de personas que emulan el saludo fascista, o mantienen comportamientos similares, ha sido en numerosas ocasiones objeto de polémica en Italia, un país en el que la apología al fascismo está considerada un delito. Sin embargo, a causa de las tantas y diversas sentencias sobre estos comportamientos, el tribunal de casación había decidido pedir la intervención de las Secciones Unidas, encargado entre otras cosas de unificar los pronunciamientos de distintos tribunales cuando hay confusión.
Resultado de ello ha sido una decisión que “no cierra completamente la cuestión, dado que si bien se indica que ese gesto solo puede perseguirse penalmente si está vinculado a la voluntad de reconstruir el partido de Benito Mussolini, se deja en manos de los jueces interpretar las circunstancias de cada situación”, según dice el jurista Raffaelle Bifulco, catedrático de la Universidad Luiss de Roma. “A falta de conocer las argumentaciones (de la Casación), el resumen parece ser que es delito pero que será muy difícil demostrarlo”, añade en declaraciones a El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica.
Júbilo de la extrema derecha
Tanto es así que, según lo que se ha conocido hasta ahora, los jueces italianos han decidido que el caso sobre el que debían pronunciarse —un juicio contra ocho militantes de extrema derecha que había hecho el saludo en una conmemoración en Milán en 2016— deberá volver a debatirse. La incógnita es si la decisión también afectará a los recientemente arrestados por hacer el gesto en ocasión de un acto masivo en memoria de tres jóvenes de extrema derecha en 1978, lo que ha provocado una ola de indignación en Italia.
Esta, de momento, ha sido la interpretación de Casapound, una formación de extrema derecha que, nada más conocerse la decisión judicial, emitió un comunicado de júbilo. “Esta victoria pone fin a las indignas polémicas que se han desatado por la conmemoración de Acca Larenzia que, en lugar de suscitar indignación porque después de 40 años los asesinos siguen en libertad, la izquierda pidió juicios y condenas para aquellos que estaban conmemorando”, ha considerado el grupo, sin presencia en el Parlamento italiano.
Críticas de Rusia
Figura central del debate ha sido también Ignazio La Russa, presidente del Senado y perteneciente al ala más derechista del posfascista Hermanos de Italia. Después de poner él mismo días atrás en discusión que hacer el saludo fascista sea delito, La Russa ha considerado que el pronunciamiento de Casación “habla por sí misma”.
Como si no fuera suficiente, la discusión también ha acabado convirtiéndose en un pretexto para las críticas del Kremlin y, más específicamente, del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. “Ocúpense de los saludos fascistas de Roma”, ha dicho este jueves Lavrov, al criticar a Italia –junto con Alemania y Japón– por su supuesta actitud laxa con estos fenómenos.