Sumar ha votado dividido a sus propias enmiendas presentadas a la reforma del artículo 49 de la Constitución, que pretende eliminar de la Carta Magna el término «disminuido».

Mientras que el Gerardo Pisarello, miembro de la Mesa del Congreso de los Diputados por parte de En Comú, se ha mostrado a favor de que se pudieran debatir todas ellas, su compañera Esther Gil ha preferido abstenerse. Así lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes parlamentarias.

El partido de Yolanda Díaz, la igual que el PNV, registró varias enmiendas al proceso de reforma del artículo 49 de la Constitución. Sin embargo, algunas de ellas versaban sobre asuntos muy distintos a la eliminación del término «disminuido» del texto constitucional. Por ello, su tramitación no ha salido adelante. El PSOE y el PP, que copan la mayor parte de los asientos en el órgano directivo de la Cámara Baja, han votado unidos en contra de las mismas por ese preciso motivo.

Ahora bien, la sorpresa ha saltado cuando Gil, vicepresidenta tercera de la Mesa, ha preferido abstenerse sobre esta treta impulsada por su propio partido. Fuentes parlamentarias de Sumar, no obstante, achacan lo sucedido a un error. «Se ha equivocado», relatan a este diario.

¿De qué versaban las enmiendas de Sumar? Compromís registró una para reconocer en la Constitución el Derecho Civil valenciano que el Tribunal Constitucional anuló del Estatuto autonómico. Mès propuso otorgar a la isla de Formentera un senador propio, en vez del que comparte con Ibiza.

De su lado, entre las enmiendas de los nacionalistas vascos buscaban, entre otros asuntos, reconocer la autodeterminación de Cataluña y Euskadi, eliminar el artículo 155 de la Constitución que permite intervenir la autonomía de una comunidad, limitar la inviolabilidad del Rey y sustraer a las Fuerzas Armadas su función de mantener la integridad territorial.

Finalmente, la mayoría de la Mesa ha votado en contra de aceptar estas enmiendas y que sean debatidas en el Pleno del Congreso. ¿Por qué? Por cuatro motivos. El primero, las enmiendas del PNV y de Sumar no tenían «conexión formal» con el objeto de la reforma constitucional, que es el artículo 49. Tampoco tenían «conexión material». La materia de la reforma es el término «disminuido», que se pretende cambiar por el de «discapacitado».

Además, existía una «falta de legitimación» para presentar algunas de estas enmiendas, ya que el Reglamento del Congreso, en su artículo 146, obliga a que las reformas constitucionales sean presentadas por una quinta parte del hemiciclo o por dos grupos parlamentarios. PNV y Sumar las presentaron por separado y ninguno alcanza la cifra de 1/5 de representantes.

Además, en cuarto lugar, algunas de las pretensiones del PNV, exigían una reforma agravada de la Constitución.