Los Medabots llegaron a España en 1999 como una más de las muchas series japonesas de animación que buscaron replicar el éxito mundial de Pokémon: no llegó a ser Digimon ni tampoco obtuvo el éxito de One Piece o Naruto, pero consiguió emitir 52 episodios antes de desaparecer. Diecisiete años más tarde, un español llamado Kevin Comadran se acordó de ellos para hacer un videojuego para teléfonos móviles y registró la marca a su nombre tras darse cuenta de que había sido abandonada en la Unión Europea.
A pesar de que su intento de quedarse con el nombre de los Medabots acaba de fracasar, Comadran Studios no tendrá que devolver el dinero generado durante los últimos años con los cientos de miles de descargas que ha conseguido su videojuego en las tiendas de Android y Iphone.
Y eso a pesar de que, según ha podido saber en primicia EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, la Audiencia Provincial de Alicante, que es donde se ubica el Tribunal de Marcas de la UE en nuestro país, ha decidido dar la razón a Imagineer, el estudio japonés encargado de producir los videojuegos de los Medabots a nivel mundial. Una empresa que no solo sigue vendiendo títulos antiguos con ese nombre en la tienda virtual de Nintendo, sino que tendría pensado volver a lanzar nuevos en el mercado europeo.
Pedía un 1% de los ingresos
«La sentencia reconoce los derechos de autor de Imagineer Co. Ltd sobre el videojuego original Medabots, incluido su título. Ese videojuego nunca ha dejado de comercializarse en la Unión Europea», explica a este periódico Carlos Morán, socio del despacho Elzaburu, especializado en propiedad industrial e intelectual. «La decisión ha sido recurrida ante el Tribunal Supremo, pero eso no impide que Imagineer continúe vendiendo su videojuego como hasta ahora ni que lance títulos nuevos».
En esa resolución, la Audiencia Provincial considera, igual que lo hizo antes el Tribunal de Marcas de la UE, que Kevin Comadran, el español creador del videojuego y residente actualmente en Andorra, actuó de «mala fe» a la hora de querer apropiarse de una marca que constaba como abandonada en Europa, pero que seguía vigente en otras regiones.
De hecho, la intención de Comadran, a la vista de su denuncia inicial, era impedir a Imagineer poder crear nuevos videojuegos con el nombre ‘Medabots’ y reclamarles el 1% de todos los ingresos obtenidos con ellos dentro de la Unión Europea, pues la marca había sido registrada a su nombre. La empresa japonesa no solo ha evitado esto, sino que ha conseguido darle la vuelta al litigio y que se anule la marca registrada por Comadran.
Puede seguir ganando dinero con ellos
El proyecto de Comadran, que vio la luz en Apple Store y Google Play a principios de 2022, lleva, a día de hoy, más de 100.000 descargas en los dispositivos Android.
A pesar de que la resolución de la Audiencia Provincial de Alicante, que no es firme, establece que el videojuego deje de comercializarse y de estar disponible para su descarga en las tiendas de Google y Apple, la versión beta todavía se puede descargar en ambas.
En algunos sitios el nombre utilizado para identificar el juego sigue siendo Medabots, pero Comadran Studios, a tenor de lo dispuesto en esa resolución a la que ha tenido acceso este periódico, ha empezado a utilizar el término Mybots.
Tal y como explica el abogado de Imagineer, sin embargo, la justicia solo estaría protegiendo el nombre Medabots, pero no sus personajes, pues no queda lo suficientemente acreditado que sean los mismos que los de los videojuegos originales.
Es lo mismo que sucedería, por ejemplo, en Google Play o App Store con otros videojuegos sucedáneos de franquicias como Pokémon o Digimon, que sí utilizan un aspecto visual y personajes muy similares, cuando no iguales, pero con un nombre de aplicación completamente distinto.