Guillermo quería fabricar sus propios juguetes con una impresora 3D, pero enseguida se dio cuenta de que esa misma tecnología que se usaba podía servir para ayudar a otras muchas personas con discapacidad. Y es que la impresión 3D lleva mucho tiempo vinculada al campo de la salud reduciendo los costes y emisiones, mejorando los tiempos y las capacidades de las personas para reaccionar.

Por eso, Guillermo creó Ayúdame3D, una ONG que, con mucha constancia y esfuerzo, socorre a cualquier persona que lo necesite. Tanto con prótesis para brazos (tresdésis) como con otros dispositivos sanitarios que mejoran la vida de las personas.

Guillermo nos cuenta que la emoción de ver que un diseño que antes no había existido es una realidad, es una gran sensación. Y todo es gracias a la tecnología, al equipo y a la empatía como base de la tecnología. Y eso es lo más emocionante de este proceso. “Las primeras personas a las que pudimos ayudar me contaban lo que iban a hacer gracias a estas prótesis, como llevar comida a la mesa donde comen sus hijos o coger una bicicleta. Pero ¿Cómo no voy a seguir con esto?”. Este trabajo no sólo consiste en el equipo técnico de Madrid, sino en miles de personas que están en más de 55 países, añade Guillermo, al que acompañan otras diez personas en la oficina de Madrid.