El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha pedido revisar la Constitución para definir a Corea del Sur como «país hostil número uno», en lo que supone una nueva muestra del hondo giro estratégico y diplomático por el que parece estar optando Pionyang.
En la primera jornada de la actual sesión de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento) celebrada el lunes, Kim lanzó un largo discurso en el que consideró que las políticas de Washington, apoyadas por Seúl, para acabar con su país no permiten más margen de maniobra que el de prepararse para un conflicto bélico, informó hoy la agencia KCNA.
En línea con los mensajes que ha hecho públicos Kim en las últimas semanas, el líder norcoreano aseguró que también conviene dejar claro en la Carta Magna que no cabe «reconciliación ni reunificación» con el Sur y que en caso de guerra «es importante tener en cuenta la cuestión de ocupar, reprimir y reclamar por completo la República de Corea (nombre oficial del Sur)».