Santiago Abascal se confirmará, salvo sorpresa de última hora a medianoche, como único candidato que optará a la presidencia de Vox, lo que le asegura ‘de facto’ cuatro años más al frente del partido. El líder de la extrema derecha no tendrá rivales. La condición expresa, según los estatutos del partido, es contar con un 10% de avales entre los militantes. Su liderazgo nunca estuvo en duda, pero la crisis interna que desde hace meses arrastra dejó abierta la posibilidad de que el malestar aflorara en apoyo de otros dirigentes. Y, de hecho, algunas decisiones en esta nueva candidatura pretenden taponar el malestar. Además de mantener a Ignacio Garriga como secretario general y portavoz o al eurodiputado Jorge Buxadé en su lista, ha decidido incluir a Javier Ortega Smith tras los últimos desencuentros.