El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, mantiene una audiencia privada con el papa Francisco en el Vaticano para explicarle la situación que vive el Archipiélago ante la emergencia humanitaria de la ruta canaria. Durante el encuentro, le hará entrega de una copia de una bula papal de 1462, en la que Pío II en apoyo a los indígenas de las Islas, y dos cartas escritas por niños y adolescentes migrantes.
«Querido papa Francisco». Más de un centenar de niños y adolescentes que han llegado solos a El Hierro se dirigen así al pontífice en una carta en la que le cuentan que lo único que quieren es tener una oportunidad. Una oportunidad –en mayúsculas– para poder estudiar, jugar, vivir sin miedo y, cuando sean adultos, trabajar para ayudar a sus familias. Esta misiva es uno de los obsequios que entregará hoy Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, a Francisco I durante la audiencia privada que mantendrá en el Vaticano. Durante el encuentro le trasladará la preocupante situación que se vive en la peligrosa ruta canaria de las migraciones, en la que el año pasado se jugaron la vida 39.910 personas y más de 6.000 perecieron en su intento por llegar a Europa a través del Archipiélago.
En unas pocas líneas, los jóvenes migrantes –que firman la misiva colectiva como ‘África’–no solo cuentan sus historias personales, sino que también reflejan la de los miles de niños y adolescentes que han llegado a Canarias sin el respaldo de un familiar en los últimos años. Precisamente uno de esos chicos, que ya se ha convertido en adulto, rubrica la segunda carta que Clavijo hará llegar al papa. Mamadou Malal es un joven extutelado por el Gobierno canario que se formó para trabajar como educador, mediador e intérprete. Ahora ayuda a la integración de chicos que se encuentran en una situación similar a la que él vivió cuando llegó a las Islas siendo un niño, en el año 2008. Malal explica que no tenía intención de abandonar su país de origen, Guinea, pero tuvo que asumir el riesgo de migrar a través de la ruta canaria porque su padre ya había pagado un dinero que no se podían permitir perder. «Estoy aquí por decisión ajena, al igual que muchas otras personas», señala. También le cuenta al pontífice que, al llegar a Canarias, su decepción «fue en aumento», pues en África se considera que Europa es sinónimo de riqueza y no son conscientes de que «a este lado del mundo la gente también lo pasa mal».
El sueño de ayudar
Malal alaba la acogida que le brindó el pueblo canario y le confiesa al papa que su sueño es poner en marcha un proyecto social para ayudar a quienes viven en su villa natal, Koundara, al noreste de Guinea. «Me gustaría llevar agua potable a todas las casas del pueblo y crear escuelas, para que los niños puedan optar a una educación de calidad sin tener que caminar 40 kilómetros cada día», detalla. Para finalizar, Malal invita a Francisco I a dedicar unas palabras de aliento al pueblo africano y confía en su influencia para acercar posturas entre Europa y África y «fomentar la empatía» entre continentes.
El obsequio institucional lo completa la réplica de una bula Pastor Bonus promulgada por el papa Pío II el 7 de octubre de 1462, cuando Diego López de Illescas era obispo de Canarias, contra el cautiverio y esclavitud de los isleños. En ese momento solo habían sido conquistadas las islas de Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro. El documento instaba a «proceder con censuras de excomunión contra los piratas que cautivasen por fuerza o fraude a los naturales de Canarias y que los retuviesen o vendiesen como esclavos». La bula, escrita en latín, también concedía «gracias espirituales» a quienes ayudasen a los naturales de las Islas, «bautizados o no», con alimentos, ropa o instrumentos para trabajar el campo.
El pergamino original, que se conserva en el archivo de la catedral de Canarias –en la capital grancanaria–, fue cuidadosamente escaneado para enviarlo a Madrid, donde se imprimió en un papel especial procedente de Japón que imita al pergamino. Esta copia se entregará al papa enmarcada junto a un documento que explica el contenido y su importancia en la historia del Archipiélago.
Delegación canaria
Esta no es la primera vez que Fernando Clavijo departe con el papa, pues en 2018 pudo saludarle después de asistir a una misa dedicada a la inmigración en la Basílica de San Pedro, a la que acudió invitado por la oenegé Open Arms, dedicada al rescate de migrantes en el mar. En aquella ocasión, le entregó como regalo un libro de José Viera y Clavijo y le animó a visitar Canarias. Hoy reiterará esa invitación, pues ningún papa ha venido nunca a las Islas.
El presidente autonómico asistirá a la audiencia privada junto a los tres obispos de Canarias: José Mazuelos (Diócesis de Canarias), Bernando Álvarez (Diócesis Nivariense) y Cristóbal Déniz (obispo auxiliar de la Diócesis de Canarias). La delegación isleña la completan el vicepresidente del Gobierno regional, Manuel Domínguez (PP); la consejera de Presidencia, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Lady Barreto (CC); y la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, Candelaria Delgado. Se estima que el encuentro, que tendrá lugar a las 8 de la mañana (hora canaria), dure unos 45 minutos, si bien es el pontífice quien marca los tiempos.
En noviembre, además de confirmar esta visita, Francisco I envió una carta dirigida a los obispos canarios en la que mostraba su apoyo al Archipiélago ante la crisis humanitaria. El pontífice expresaba en el escrito su «aliento y cercanía» a la población isleña, a la que agradecía «los grandes esfuerzos» que se realizan para dar respuesta a una situación de emergencia. «La sensibilidad y hospitalidad que caracteriza al pueblo canario dejan huella también en el modelo de acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos y hermanas que llegan a sus costas buscando un porvenir. ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren!», afirmó el papa.