El Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) a Personas Privadas de Libertad, la agencia penitenciaria de Ecuador, anunció este lunes que halló un reo fallecido y descubrió la fuga de 48, de los que se ha recapturado a cinco, en la cárcel de Esmeraldas, capital de la provincia homónima del noroeste del país y fronteriza con Colombia.
El SNAI precisó en un comunicado que encontró un preso muerto y que 48 reos se habían fugado durante la intervención policial y militar realizada el domingo a esta cárcel que había permanecido tomada por reclusos amotinados en una situación que se repitió en al menos otras seis prisiones del país.
El domingo, más de mil efectivos militares y policiales ingresaron al interior de esa cárcel para efectuar una requisa general, pero tras la inspección «se evidenció la evasión de 48 personas privadas de libertad», indicó al fuente.
Las autoridades activaron unos protocolos que se aplican en este tipo de situaciones y «se logró la recaptura de cinco» reos, agregó el SNAI en un comunicado.
La institución penitenciaria aseguró que en la misma intervención se informó del «fallecimiento de una persona privada de libertad que estaba en ese centro«, por lo que se «coordinó con la institución competente para determinar las causas de este suceso».
La semana pasada, al menos siete prisiones ecuatorianas fueron tomadas por los reos que, además y retuvieron a algo más de 200 guardias y funcionarios administrativos penitenciarios.
El lunes de la semana pasada, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, firmó un decreto de «estado de excepción» por 60 días y escala nacional, para atajar las acciones violentas en las cárceles.
El martes la situación se desbordó y la violencia se trasladó también a las calles del país, con explosiones, vehículos incendiados, robos, asaltos y hasta una irrupción de delincuentes armados a un canal de televisión, además de los motines en las cárceles.
En esos amotinamientos simultáneos también se registraron fugas masivas como la de la cárcel de Riobamba, de donde escaparon 32 reclusos, entre ellos Fabricio Colón Pico, presunto cabecilla de la banda criminal ‘Los Lobos’ y señalado de presuntamente planear un atentado contra la fiscal general, Diana Salazar.
Fue entonces cuando el presidente Noboa firmó un decreto que reconoció un «conflicto armado interno» en Ecuador y dispuso que las Fuerzas Armadas y la Policía neutralicen a las bandas del crimen organizado imputadas de la espiral de violencia, y a las que calificó como «grupos terroristas» y actores estatales no beligerantes.
La espiral de violencia se desató hace una semana, justo después de que Noboa había anunciado que se disponía a avanzar en su ‘Plan Fénix’, con el objetivo de recuperar el control de las cárceles, muchas de ellas dominadas por las bandas del crimen organizado, donde han sido asesinados más de 450 presos desde 2020 en una serie de masacres carcelarias entre grupos rivales.
Aunque la tensión vivida la semana pasada en Ecuador ha bajado de intensidad, en el país hay una tensa calma por el temor de que reaparezcan las acciones violentas, mientras las fuerzas de seguridad patrullan las calles y mantienen operaciones en las cárceles en virtud del «estado de excepción» y «conflicto armado interno» en vigor.