La Catedral de Santiago, icónica meta de peregrinación y joya del románico español, guarda un secreto en sus torres que desafía la percepción y la gravedad. Dos de ellas, la de Berenguela y la de las Campanas, han revelado una inclinación que se remonta a su construcción en el siglo XII. 

Desafiando la gravedad

La torre de las Campanas destaca como la más inclinada, con una desviación de aproximadamente 40 centímetros en dirección sur. A su lado, la torre de Berenguela presenta una inclinación de 12 centímetros en su parte más alta, descubierta recientemente por el arquitecto Javier Alonso de la Peña. Estas inclinaciones, aunque perceptibles si se observa con atención, han sido objeto de cuidados a lo largo de los siglos para evitar el riesgo de derrumbe

Orígenes y evolución

La inclinación de las torres se remonta al siglo XII, durante la construcción de la catedral. Fue a finales del siglo XVI cuando se detectó la inclinación en la torre de las Campanas, y se tomaron medidas constructivas para reforzar la estructura. En el siglo XVII, durante las ampliaciones, se añadió un cuerpo barroco a las torres, sin que la inclinación supusiera un impedimento para los arquitectos de la época.

La torre de las Campanas de la Catedral de Santiago ha sido objeto de particular atención a lo largo de los siglos. Aunque la inclinación se detectó en el XVI, la construcción de contrafuertes y otras soluciones constructivas se llevaron a cabo para evitar que la desviación aumentara. En 2012, durante las obras de restauración, Javier Alonso de la Peña restó importancia a la inclinación, enfocándose en otras deficiencias derivadas del mal mantenimiento del edificio.

La Torre del Reloj o Berenguela presenta una inclinación de 12 centímetros. JESÚS PRIETO


Berenguela: un descubrimiento reciente

La torre de Berenguela, también conocida como la Torre del Reloj, presenta una inclinación de 12 centímetros en la parte más alta. Aunque de la Peña señala que no se puede determinar exactamente cuándo se torció, sugiere que la acción de los rayos sobre la torre podría ser la causa. No obstante, asegura que la inclinación solo afecta a la linterna que culmina la estructura y no representa un riesgo para el resto de la columna.

Seguridad y preservación

A pesar de la inclinación visible, los expertos afirman que no hay peligro para la estabilidad de las torres. Los controles anuales permiten monitorear cualquier cambio y mantener la calma. En 2011, tras la caída de piedras de la torre de Berenguela, se aceleraron las reparaciones en las zonas más dañadas de las torres, que presentaban un «importante deterioro».