La formación del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez se desbloqueó el pasado mes de agosto gracias a una carta enviada por José Manuel Albares a Bruselas para pedir que el catalán, el gallego y el euskera se convirtieran en idiomas oficiales de la UE. Era el primer gesto para llevar a Junts y ERC a la mesa de negociación. Cuatro meses después, el tema sigue sobre la mesa, y el ministro de Exteriores, ahora con cuatro años por delante, asegura en conversación con este diario que es una prioridad de su política exterior. El jefe de la diplomacia acaba de fijar con sus 130 embajadores la agenda internacional del Gobierno en una reunión en Madrid.
Albares (Madrid, 1972) atiende a este diario en el Palacio de Viana, su residencia oficial, junto a la madrileña Plaza Mayor.
[Puedes leer la entrevista con José Manuel Albares sobre asuntos internacionales en este enlace]
La semana pasada usted pidió a sus embajadores que se esforzaran por lograr el reconocimiento en la Unión Europea del catalán, el gallego y el euskera. ¿Es una prioridad de la política exterior española? Sí, es una prioridad. Les pedí dos cosas en sendos momentos de mi intervención: que se esfuercen por conseguir que catalán, gallego y euskera pasen a ser lenguas oficiales de la Unión Europea dentro del reglamento 1/58; y que en todo el mundo promuevan la literatura, el teatro y las expresiones de todo tipo en catalán, euskera y gallego, igual que deben de hacer un esfuerzo junto a los países hermanos latinoamericanos para que el español avance y sea una lengua de referencia internacional. Y les pedí que lo hicieran con orgullo, porque es interés nacional español. Es prioridad de la política exterior porque es nuestra identidad nacional. España es un país plural, diverso, democrático, con una riqueza lingüística y cultural que merece ser reconocida y acogida en Europa y conocida en el mundo.
Pero eso ya lo era hace dos o tres años, y parece que todo se haya descubierto ahora, cuando se ha convertido en una cuestión de política nacional… No por mi parte. Junto al director del Cervantes hemos tenido siempre buen cuidado de que el Instituto también hiciera promoción de catalán, gallego y euskera. Al año son más de mil actividades…
Me refiero al reconocimiento en Europa… En cuanto al reconocimiento en Europa, yo el año pasado di instrucciones a todos los embajadores en la Unión Europea para que explicaran por qué catalán, gallego y euskera deben de ser lenguas oficiales. Y para que hicieran gestiones personales y lo explicaran al más alto nivel.
¿Sigue creyendo honestamente que puede conseguir la unanimidad de todos los socios europeos? En eso trabajo cada día.
Hay una derivada de Exteriores, en Bruselas, de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. ¿Cómo lo llamamos? ¿El mediador de la UE? Es el señor [Alberto Núñez] Feijóo el que usó esa palabra.
¿Se está trabajando en ello? ¿Hay algo que esté haciendo España para acelerarlo? Entiendo, y no me quiero equivocar porque yo no estaba en esa conversación, que es una propuesta del señor Feijóo. El Gobierno y el presidente del Gobierno están dispuestos desde el primer día a que, por fin, el Partido Popular decida entrar dentro de la Constitución y dejar de saltársela y de violarla. Para que, después de más de cinco años, se produzca por fin esa renovación que tiene que haber del Consejo General del Poder Judicial. Entiendo que fue el PP hizo esa propuesta de mediador y, bueno, si ellos creen que con eso lo tienen más fácil para acatar la Constitución, si necesitan eso para acatar la Constitución, bienvenido sea.
Entiendo que no hay de momento ninguna acción o ninguna orden a la Representación diplomática Permanente de España en la UE (Reper) para que empiece a mover el tema… No, porque son las propias instituciones europeas las que tienen que estudiarlo y pronunciarse al respecto. Tiene que salir de ellas.
En el acuerdo con Junts de la semana pasada se acordó la transferencia integral de las competencias en migración. Esto tiene derivadas en la cuestión de Exteriores, aunque sea un tema más policial y de Interior. ¿Le afecta en algo a su Ministerio? ¿Sabría explicarme qué significa? Yo no he estado en esa negociación, pero lo que sí le puedo garantizar es que todo lo que haga el Gobierno está dentro de los parámetros de la Constitución y de los parámetros del derecho comunitario. Hay todo un desarrollo de un acuerdo político que está por hacer. Lo que yo les pediría es que dejen trabajar a los ministerios competentes en esa materia y al Gobierno.
¿No cree que esto va a levantar ampollas entre los diplomáticos? Los embajadores, tienen muy claro cuál es su labor. En primer lugar, expresar que España es un país democrático, plural, diverso, tolerante. Un país que apoya los valores europeos, ahora que están siendo tan directamente amenazados por la extrema derecha en toda Europa. Hay cuestiones internas por las que ningún país me pregunta. Yo le puedo garantizar que a mí no me ha preguntado nadie por ninguna cuestión en relación a Cataluña: ningún ministro de Asuntos Exteriores o embajador de ningún país del mundo. Porque saben que es una cuestión interna de España que se está gestionando correctamente. Y porque ven cuál era la situación en el año 2017 y cuál es la situación ahora.
Seguimos en Bruselas. ¿Habrá foto de Sánchez con Carles Puigdemont, como está diciendo Junts? Son detalles. Pero no tengo ningún conocimiento sobre eso.
Sería algo muy simbólico… No tengo ningún conocimiento sobre eso, pero le digo que el Gobierno trabaja por el bienestar de los españoles: por bajar el IVA del precio de los alimentos básicos, por conseguir el precio de gas y electricidad asequible para todas las familias, por aumentar una vez más el salario mínimo interprofesional. Lo acaba de demostrar el presidente del Gobierno. Para ello necesita votos todos los días, votos que vamos a buscar donde se buscan en democracia, que es en el Congreso, donde los españoles han escogido a sus representantes. Uno va al Congreso a negociar y acordar con quien no piensa como uno mismo. Si todos pensáramos igual, no haría falta una democracia, que es precisamente diálogo con quien no piensa como tú y negociación para alcanzar un acuerdo. Un acuerdo siempre beneficioso para los españoles. A mí lo único que me preocupa de esta legislatura es ver al principal partido de la oposición, el Partido Popular, en un rincón, abrazado por la extrema derecha. E incapaz de alcanzar un acuerdo con nadie que no sea con esa extrema derecha que está intentando socavar los valores europeos.
En la Conferencia de Embajadores del pasado miércoles y jueves fue la primera vez que los diplomáticos conocían a sus nuevos jefes, los secretarios de Estado. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria, emitió un comunicado quejándose de que se haya designado a políticos y no a diplomáticos de carrera para puestos claves como el de embajador ante Naciones Unidas del ex ministro Héctor Gómez… La ADE ha emitido su comunicado como lo ha hecho con cualquier Gobierno que ha realizado un nombramiento para una embajada de alguien ajeno a la carrera diplomática. El Partido Popular nombró a exministros para embajadas tan importantes como Washington, Londres o la OCDE. Todos los gobiernos de la democracia han nombrado a personas afines, ajenas a la carrera diplomática, como embajadores. Lo cual es correcto. El puesto de embajador es una decisión del Consejo de Ministros y no está reservado exclusivamente a la carrera diplomática. Estamos hablando además de un grupo muy pequeño de embajadores. Yo no pregunto la afiliación política para nombrar a un embajador. Hay embajadas en las que lo que se necesita son unas características personales, literalmente personales, muy determinadas. Por eso el jefe de Gabinete y de campañas electorales de Mariano Rajoy [Jorge Moragas] es hoy embajador. Nombrado por este Gobierno. Por eso el que fue portavoz del PP durante diez años [Gustavo de Aristegui], es embajador nombrado por este Gobierno. Por eso el último ministro de Asuntos Exteriores de Mariano Rajoy [Alfonso Dastis] es hoy embajador nombrado por este Gobierno.
Pero de lo que se quejan en privado los diplomáticos es que lo de Naciones Unidas traspasa una nueva barrera, porque es un cargo eminentemente para diplomáticos de carrera, y dicen que eso no se había hecho hasta ahora… Muchos países tienen embajadores en Naciones Unidas que no son miembros de carrera diplomática. Lo que yo puedo garantizar es que este Gobierno no tiene ningún sectarismo. El señor Feijóo, sin embargo, durante la campaña electoral dio una lista de diplomáticos que iban a relevar al equipo que yo dirijo. Eso a mí eso sí me parece que es politizar la carrera diplomática. Me sorprendieron dos cosas: que no había una sola mujer, todos eran hombres; y que todos ellos habían tenido embajadas nombradas por este.