La Eurozona ha estrenado el año con un crecimiento “moderado” y un entorno económico muy complicado como consecuencia de las crecientes tensiones geopolíticas en la región de Oriente Próximo, agravadas por la crisis desatada en el mar Rojo, y la guerra en Ucrania. Aún sí, el Eurogrupo descarta una recesión generalizada en la zona euro y confía en que el bloque será capaz de resistir y terminar el año con un crecimiento de entorno al 1% del PIB. “Vemos esperanza al final del túnel”, ha asegurado tras la primera reunión del año el presidente Paschal Donohoe.
“Al mirar hacia 2024 sigo creyendo que la economía de la zona euro está resistiendo bien en el contexto de desafíos económicos (…). Estamos tratando de rebajar la inflación y lo estamos consiguiendo con éxito y por supuesto tenemos una guerra en nuestras fronteras. Aún así, estamos viendo un empleo con niveles récord en muchos países y crecimiento económico”, ha destacado el político irlandés en el marco de una reunión a la que ha asistido por primera vez como ministro el español Carlos Cuerpo. “Veo el vaso medio lleno y el FMI ha reconocido nuestra respuesta importante y nuestra resiliencia”, ha destacado Donohoe tras una reunión en la que los representantes del Fondo Monetario Internacional han presentado su informe preliminar sobre la zona euro conocido como Artículo IV.
En diciembre, el Banco Central Europeo revisó sus proyecciones de crecimiento para la zona euro a la baja y estimó un crecimiento para el bloque del 0,8% para este año. Pese a esta rebaja, el presidente del Eurogrupo confía en cerrar el año en el entorno del 1%. “Aunque es una tasa de crecimiento más baja de lo que me gustaría ver todavía es crecimiento pese a todos los desafíos así que es un comportamiento económico robusto”, ha añadido. Fuentes europeas insisten en que no hay signos de una “recesión profunda o generalizada” y que las perspectivas son que la actividad económica “repunte gradualmente” a lo largo del año.
Previsiones el 15 de febrero
Mucho más cauto se ha mostrado el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, que presentará las previsiones económicas de invierno el próximo 15 de febrero. “La economía de la zona euro ha perdido ímpetu en la segunda mitad de 2023 y parece que habrá cierta debilidad durante el invierno, pero al mismo tiempo la inflación va cediendo y tenemos buenas noticias del mercado laboral. No obstante, la incertidumbre es alta y hay riesgos para el crecimiento por el contexto geopolítico”, ha alertado apuntando a la guerra de Rusia y un conflicto de Oriente Próximo que está afectando también al transporte marítimo por los ataques de los hutíes de Yemen.
“Si la situación empeora esto puede tener implicaciones para los precios de la energía e interrupciones en la cadena de suministro lo que podría afectar a las presiones inflacionistas, aunque ahora no es el caso. Evaluaremos el potencial efecto adverso en nuestras previsiones de invierno que presentaré el 15 de febrero”, ha explicado Gentiloni que se ha reunido en los márgenes de la reunión con el ministro Cuerpo que también se ha entrevistado con Donohoe y el vicepresidente de la Comisión, Valdis Domvrovskis. Pese a las crecientes tensiones geopolíticas, Cuerpo ha destacado que España ha entrado en 2024 con una “posición privilegiada” y un crecimiento diferencial respecto al resto de países de la Eurozona.