Un Antonio, un Pablo y dos Sergios. Cuatro veinteañeros que a la vez que veían cómo las nubes de la entrada al mercado laboral se cernían en torno a su futuro decidieron emprender un camino distinto. Los primeros pasos fueron online, «para sacar un dinerillo». Después llegó la apuesta por la tienda física en Madrid, el crecimiento con la mudanza a otro local más grande ,»en el corazón de las compras de la capital», y la apertura en Ibiza, «donde van de vacaciones los que tienen dinero».
The Mad Plug es un aftermarket. «Para que lo entienda todo el mundo: una tienda donde lo que se vende no viene directamente de la marca. No somos distribuidores oficiales, buscamos el producto por otras vías», explica Antonio Leal, fundador y socio de The Mad Plug, en conversación con El Independiente en el local de la calle Augusto Figueroa 2 esquina con Fuencarral 42, en Madrid.
Lo que hace especial a The Mad Plug es la capacidad de su gente para conseguir las zapatillas más exclusivas del mercado. Modelos de los que la marca fabrica unidades contadas, que están a la venta apenas segundos o mediante sorteos y a los que ni los deportistas con contratos millonarios con las propias Nike, Adidas, New Balance y compañía pueden acceder.
«Esta locura con las zapatillas viene de Estados Unidos y con la cuarentena hubo un boom. Al principio me llevaba un pellizco y lo reinvertía, hasta que hubo un momento que tuvimos que dar el salto al físico. Somos cuatro socios y la cifra de trabajadores varía, pero ha habido momentos en los que hemos llegado a estar cerca de 20 personas en nómina» apunta Antonio.
El destino quiso que el antiguo y primer local de The Mad Plug se situara en la calle Valverde, justo frente a la peluquería donde se dejó caer parte del séquito de Eduardo Camavinga, futbolista del Real Madrid, cuando llegó a España. «Llevábamos apenas tres meses en la calle Valverde. No teníamos ningún cliente vip y en septiembre de 2021 Camavinga fichó por el Real Madrid. Uno de los miembros de su grupo de amigos se puso a cortar el pelo en una peluquería que estaba al lado y un compañero hizo relación con él», detalla el joven emprendedor, que reconoce que esta vecindad fue el punto de inflexión de su negocio.
«Edu tenía 18 años y era nuevo aquí. Hablamos con su entorno para traerle a la tienda y que conociera nuestro trabajo. Queríamos ser su proveedor, su plug en Madrid, como se dice en el argot. Vino, grabamos un vídeo con él y le regalamos unas cuantas cosillas para que nos hiciera el favor de compartir nuestro servicio. A la semana siguiente, apareció Vinicius en la tienda, sin avisar. Desde ese momento la lista de famosos solo ha hecho que crecer», recuerda Antonio, que menciona a Samu Lino y Pablo Barrios, del Atlético de Madrid, y a Éder Militao, del Real Madrid, como compradores habituales, mientras esboza una sonrisa que muestra su felicidad y un gesto que evidencia su perplejidad al recordarlo.
Las ‘sneakers’ de futbolistas y famosos
El principal valor de The Mad Plug es su labor de búsqueda para comprar a particulares. Gente que, como los miembros de la tienda, están tras esas sneakers (zapatillas deportivas) imposibles de encontrar. «Estas personas lo consiguen directamente de la marca propia y nosotros, como estamos en el punto final, nos encargamos de dar con ellas para luego sacar un margen con la venta», apunta Antonio.
Los números mandan, pero no es lo único que sostiene el negocio. Mientras se produce la charla con Antonio, varios compañeros y socios pasan por el objetivo de El Independiente con bromas y comentarios que enriquecen la entrevista. El ambiente, pese a la seriedad que exige la empresa, es relajado. Los jóvenes se divierten, «trabajamos mucho, pero es algo nuestro y eso se nota», añade Antonio, que aprovecha para poner en valor el mayor intangible de The Mad Plug: el trato con el cliente.
«Nosotros echamos muchas horas con estas ventas vip para crear contenido y ganar difusión. La gran mayoría de este tipo de personalidades no te dan promoción, pero con Camavinga, Vini, Militao, Samu Lino y Barrios hemos tenido una relación muy natural.
En la relación con los futbolistas es clave Alejandro, más conocido como El Piraña o El Piri, amigo y empleado. «Lo hace muy bien porque es un tío simpático y bueno, capaz de establecer un vínculo natural al tratar a loss que todo el mundo ve como estrellas y jóvenes millonarios como lo que son, personas como tú y como yo», asevera Antonio, que recalca que este tipo de cliente, popular y con influencia, «tiene muy fácil comprar lo que sea; sin embargo, nuestro producto solo se lo podemos ofrecer nosotros. Muchas veces nos contactan directamente para que les consigamos un modelo en concreto».
La fiebre por las zapatillas, aunque más extendida en el perfil del futbolista moderno, salpica a más sectores de la élite. «Los futbolistas han servido para disparar nuestra popularidad, pero cada vez hay más tipos de famosos que buscan su plug. El actor Luis Tosar viene a menudo y nos compra un montón. También ha estado aquí Juan Lebrón, uno de lo mejores del mundo de pádel. El verano pasado, gracias a la tienda de Ibiza, estuvimos en la villa del cantante Anuel AA vendiéndo un montón de cosas. Anuel AA es la persona que más dinero se ha gastado en una compra en la tienda, fueron más de 20.000 euros en zapatillas».
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Edición especial de las Airmax de Nike, en venta por 1.300 euros
Camino de los 4 años después de su salto a la tienda física, los chicos de The Mad Plug son ya una referencia dentro del mundillo. A su base de operaciones, engalanada con dibujos de Bejo, Mr. Piro y Jaime Urdiales, se ha sumado recientemente las perchas y la ropa.
Antonio señala que «la ropa es un toque diferente, porque no es un enfoque exclusivo, sino más vintage y de segunda mano». Lo que más se vende, ropa de trabajo Carhatt «que está de moda» o marcas como Arc’teryx, The North Face, Levi´s, Stone Island, Buberry.
El último paso en la escalera de logros de The Mad Plug ha sido el estreno de la nueva web. «Puede parecer que TheMadplug mueve mucho dinero, pero al final somos cuatro amigos veinteañeros sin ningún apoyo detrás, que empezamos con lo justo y que vamos reinvirtiendo prácticamente todo lo que ganamos», destaca Antonio, que concluye con una anécdota que resume su en qué se ha convertido lo que empezó como una afición para conseguir un extra.
«La tienda de Ibiza es muy estratégica porque al final tiene la temporada donde realmente se gana dinero, ya que el resto del año la isla está vacía. Pero Ibiza es donde están los famosos de vacaciones. Un día un hombre me pidió unas zapatillas para su hija. Yo se las di sin fijarme quién era. Los hijos de otro cliente le reconocieron y cuando dijeron ‘Íñigo Martínez’ me di cuenta. Lo curioso es que los rumores por el fichaje al Barcelona estaban en todos lados pero nada era oficial. Íñigo Martínez se lo reconoció al cliente dos semanas antes de que se confirmase su fichaje. Esto pasó delante de mí en The Mad Plug Ibiza, es increíble», concluye Antonio.
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