Alicia no está contenta con los últimos diseños de Victoria. Apenas nota cambios, y estas modificaciones ponen a las diseñadoras con el agua al cuello, ya que tienen que cumplir con un exigente calendario.
Victoria está pasando por una pequeña crisis creativa y está muy cansada, por eso Alicia le entregó en su momento unas pastillas que, por ahora, Victoria se niega a consumir.
“Confía en mí, estas pastillas te darán el empujón que necesitas”, le dice Alicia, pero Victoria no quiere que su trabajo dependa de unas pastillas. Alicia quiere seguir un plan con unos tiempos muy marcados que Victoria no puede cumplir sin esa ayuda extra.
“No voy a retrasar el lanzamiento por un capricho tuyo”, le echa en cara Alicia, provocando el enfado de Victoria, que le devuelve las pastillas. Alicia dice que se ha equivocado al confiar en ella, un sentimiento correspondido por Victoria.
“No tendría que haber aceptado tu propuesta”, le recrimina Victoria, aceptando que nunca podrá superar las expectativas de Alicia, quien abandona la reunión con un comentario lleno de resentimiento hacia Victoria y su familia: “Cómo se nota que eres una Quevedo, eres tan poco de fiar como tu hermano Román”, le dice, antes de abandonar la reunión.
La relación laboral, y probablemente personal, se ha roto entre Alicia y Victoria. ¿Habrá lugar para la reconciliación o habrán roto sus relaciones para siempre?