Antonio Jiménez y Andrea López son biólogos, de 25 y 24 años, respectivamente. Él de Ciudad Real; ella, de Extremadura. Viven en Oviedo y este sábado no dudaron en abrigarse y plantarse en la plaza gozoniega de Xagó para participar en el dispositivo de recogida de pellets en la costa asturiana. Tampoco se lo pensaron dos veces Diego Gallar y Dafne Fernández, ni la francesa y residente desde hace 36 años en Asturias Isabel Grisey, una «enamorada» de Xagó. Ni Irma Hernández, de Nora (Siero), que incluso se diseñó su propia herramienta de recogida con unas redes que se compró en una gran superficie. 

«Todo lo que sea ayudar no está de más», coincidieron en señalar todos para explicar su presencia voluntaria en el arenal, uno de los 11 seleccionados por el Principado en esta primera campaña de recogida de pellets de plástico, que se alarga hasta este domingo de 11 a 14 horas, con ayuda también de Protección Civil, los ayuntamientos y organizaciones conservacionistas. No son nuevas en esto de retirar basura de la playa la mayoría de los que han acudido a la llamada del Principado para retirar bolinas de plástico y otros materiales. El que más y el que menos ha estado ya en alguna campaña organizada a lo largo del año por asociaciones o, incluso, lo ha hecho a título particular. Por eso el sentir general es que el Principado debe implicarse todo el año y no de forma ocasional como ha sucedido ahora con los pellets. «Esto vendrá bien para retirar toda la basura que hay, que es mucha y no solo del vertido», resaltan.

Porque centrarse en las bolinas de plástico es como buscar una aguja en un pajar. Así lo describen los voluntarios que participaron en la limpieza de Rodiles (Villaviciosa). Una treintena de personas acudieron a la llamada del Gobierno regional para limpiar el arenal de Villaviciosa, donde, por suerte, la llegada ha sido mínima. Poco más de 150 gramos sacaron entre todos los participantes en las casi tres horas que duró la iniciativa.

Al igual que en Xagó, en Rodiles los pellets se concentraron, posiblemente arrastrados por el viento, lejos del mar, en la zona superior, la más cercana a las dunas y los acantilados, y más concretamente en la parte este. «Todo lo que estamos encontrando es de hace un mes, cuando las primeras mareas. Por eso está arriba del todo, en la parte de la orilla no hay casi nada», indicó Gerardo Morís, de Protección Civil. El cuerpo fue el encargado de coordinar la limpieza con el apoyo de los bomberos.

El principal escollo que se encontraron los voluntarios fue que el material estaba, en su mayoría, enterrado. «Hay que escarbar para poder encontrarlos. Vino todo mezclado con las algas», señaló Sergio Llera, quien bromeó con sus compañeros diciendo que, al menos, «ponemos un granito de arena», mientras rebuscaba en la misma en busca de piezas de plástico. Y es que el trabajo que realizaron los voluntarios no pudo ser más concienzudo, pero también agotador. «Es desesperante porque cuando piensas que acabaste en una zona, encuentras más», reconoció Rafael García, quien acudió acompañado de su pareja, María Díaz. «Lo vimos en la web del Ayuntamiento y decidimos venir. Nosotros vivimos aquí al lado, en Selorio, y muchas de las veces que venimos a la playa acabamos recogiendo basura y plásticos, así que decidimos echar una mano, aunque sea poco».

Bolinas recogidas en Asturias. M. Riera


Como ellos, una treintena de personas que, divididos a lo largo de todo el arenal, estuvieron casi tres horas buscando, caminando y desgranando cada parte de la playa para intentar dar con los máximos pellets posibles. Además, aprovecharon para retirar otros residuos como plásticos, colillas y toda aquella basura que se encontraron a su paso. «No hay demasiada», destacaron.

No solo los adultos quisieron colaborar en la limpieza. Los más pequeños también echaron una mano, en una mañana que puso de manifiesto la importancia de cuidar el medioambiente. Nicolás Nova fue uno de esos niños. Con solo 14 años acudió acompañado de su madre. «Soy camarera y cómo estamos en temporada baja, decidimos venir. Yo en verano no puedo escaparme a la playa, es una forma de ayudar y encima a él le encanta todo lo que tenga que ver con las rocas y los minerales, así que está aprovechando para recoger cosas y llevarlas a casa», destacó su madre.

Con recogedores propios

En la playa gijonesa de San Lorenzo, las amigas Susana Collía y Elena Reguera llevaron sus propios recogedores. «No estaba conforme si me quedaba en casa. Es muy importante estar aquí», sostuvo Collía, que lamentó que la problemática de los pellets es «la punta del iceberg». «Parece que es más visible porque afecta a la playa a la que vas en verano», comentó. «Cuando pasó lo del Prestige, me habría gustado ayudar. ¿Por qué no iba a venir hoy si lo tengo al lado de casa?», manifestó Susana Collía.

Rosalía Cuetos es fisioterapeuta y está muy vinculada al mundo de la salud. No dudó en arrimar el hombro. «Quería ver la cantidad de gente que venía a ayudar y la concienciación a nivel de Gijón, que es poca», lamentó Cuetos, que tiene amigos que están desarrollando la aplicación Universal Plastic, que fomenta la participación en este tipo de campañas. Para Cuetos, «hay que actuar ya». «Las bolinas de plásticos serán muy nocivas para la biosfera, los bañistas, la fauna…», sostuvo. En su bolsa amarilla había unas cuantas. «Son difíciles de coger», confesó Rosalía Cuetos, que fue tajante. «El problema es real y ha llegado a nuestras costas», subrayó.

«Rogaría más voluntad y que mañana venga más gente», afirmó Begoña Álvarez, jefa de unidad de Protección Civil, agrupación coordinadora del operativo en San Lorenzo. Álvarez también alertó de que los dueños de los perros deben tener cuidado con sus mascotas cuando estén en el arenal. «Los restos que llegan a la playa son malos para todos», sentenció.

Soto del Barco, por libre

En Soto del Barco, al margen del dispositivo regional, fueron por libre y una veintena de personas participó en la recogida en la playa de los Quebrantos, de San Juan de la Arena. «Hemos recogido algo más de dos bolsas de basura. Calculó que será sobre unos ciento cincuenta gramos», señaló Aroa Gutiérrez, teniente de alcalde y concejala de Medio Ambiente. La edil se muestra sorprendida con la cantidad recogida, ya que, según le han informado, en Navia no han encontrado restos de esos plásticos. En Soto del Barco han utilizado un método particular durante la recogida. «En el Ayuntamiento teníamos red de mosquiteras, que las usamos a veces para recoger microplásticos en la playa. He bajado varias de esas redes para así colar la arena y que la tarea sea un poco más sencilla», reseñó Gutiérrez.

Escasez en el Oriente

La primera de las dos jornadas de limpieza voluntaria de los pellets contó este sábado con un pequeño dispositivo de personas en dos de los arenales más turísticos de los concejos de Llanes y Ribadesella, San Antolín y Vega.

La playa riosellana de Vega es la única de las tres del concejo en la que, hasta el momento, se ha registrado la presencia de estas bolitas de plástico, permaneciendo La Atalaya y Santa Marina libres de contaminación. No obstante la cantidad recogida en Vega fue “escasa” tal y como explicaron los voluntarios que se acercaron durante la mañana del sábado a echar una mano: “Me animé a participar para poder aportar mi granito de arena e intentar en la medida de lo posible contribuir a paliar este desastre ambiental. La verdad es que en comparación con fotos que he visto de Galicia, no parece que haya tanto en esta zona, pero en lo que se pueda colaborar, aquí estamos”, apuntó Marina Córdoba, vecina de Madrid afincada en Caravia.

Los pellets se encontraban diseminados en la parte más alejada de la orilla del mar, entre las plantas y piedras de las dunas, quizás arrastradas por las mareas vivas de los últimos días: “Hay muy poco, pero es cierto que se tarda mucho en retirarlas porque hay que ir una a una. Lo bueno es que están concentradas en un mismo sitio y no hace falta bajar hasta la orilla”, explicó el concejal Alejandro Alonso, quien se acercó a colaborar junto al alcalde riosellano, Paulo García. El primer edil apoyó la necesidad de llevar a cabo limpiezas en las playas de manera más asidua, así como en los ríos para evitar mayores desastres: “Lo importante ahora es prevenir y que esto no vaya a más. La incidencia es mínima, pero esto viene bien también para la recogida de residuos. Creo que se debería hacer limpieza de manera continua también en los márgenes de los ríos porque los municipios que tenemos desembocadura de ríos grandes sufrimos esa suciedad en nuestras playas”, puntualizó.

Misma situación en Llanes que, a pesar de las numerosas personas involucradas este sábado en la recogida de microplásticos en la playa de San Antolín, a penas se retiró una mínima cantidad de estas pequeñas y duras bolas de plástico. En ella participaron varios concejales del Ayuntamiento llanisco como Mónica Remis, Laura Inguanzo o Antonio Trevín, así como vecinos de la zona, todos bajo la coordinación de Protección Civil de Llanes y bomberos del SEPA. La sensación generalizada fue la misma “muy poca cantidad, casi inexistente”, señalaron algunos de ellos.

No obstante, este domingo continuará el operativo en las playas del Oriente, concretamente en Santa Marina, en el concejo de Ribadesella, y San Antolín, en el de Llanes, y en horario de once de la mañana a dos de la tarde.

Más basura que bolinas en Valdés

Las playas de Valdés sobreviven a la invasión de bolinas de plástico del “Toconao”. La jornada de limpieza prevista en la playa de Cueva se cerró sin que apenas se localizaran pellets, aunque sí que fue fructífera en cuanto a limpieza, ya que se recogieron infinidad de materiales, sobre todo plásticos. Carlos Martínez e Inmaculada López se desplazaron desde La Caridad para participar en la limpieza y explican que “hace mucho tiempo que sabemos que no se puede soportar tanto plástico”. Opinión parecida tenía la valdesana Lorena Fernández, sorprendida por “la cantidad de plásticos” que ayer encontró enredados entre las algas de esta playa de Valdés. Tres integrantes de la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA) participaron también en la recolección a pie de playa. “Bolinas no encontramos, pero sí mucha basura, lo que más sedales y restos plásticos”, explica la ovetense Mila Garzo, convencida de que esta desgracia quizás pueda servir para “concienciar” a la gente y avanzar en educación ambiental.