El Alavés logró un importante triunfo en el Sánchez-Pizjuán (2-3), el primero de esta temporada en LaLiga como visitante y que le aleja de la zona de descenso, y además ahonda en la crisis de un Sevilla perdido y metido de lleno en la lucha por no perder la categoría en este inicio de la segunda vuelta del torneo.
Un tanto del central argentino Nahuel Tenaglia a los veintiséis minutos y otro de Kike García en el cuarenta pusieron un claro 0-2 al descanso, después Rafa Mir (min.70) y el argentino Ocampos, de penalti a falta de diez para que se cumpliera el tiempo reglamentario, empataron, pero el Alavés golpeó otra vez poco antes de la conclusión con un tanto de Rubén Duarte.
El Sevilla y el Alavés abrieron en el Sánchez-Pizjuán la segunda vuelta de LaLiga con el regusto de haber superado el fin de semana anterior sus compromisos de la Copa del Rey y estar ya en los octavos del torneo.
También ambos llegaron al partido con mucho que hacer en LaLiga, en la que están cerca de los puestos de descenso, por lo que los tres puntos era muy importantes entre dos rivales directos que buscaban empezar la segunda parte del torneo con esa fuerza moral que añadía este ecuentro.
El preparador sevillista, Quique Sánchez Flores, desde que sustituyó al uruguayo Diego Alonso y tras la victoria en Granada (0-3), sumó derrotas en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid (1-0) y en la capital andaluza frente al Athletic Club (0-2).
En su vuelta al estadio de Nervión, tras el encuentro de Copa en Ferrol, se encontró con un adversario, el que entrena Luis García Plaza que, pese a que no consigue despegarse del peligro, sí muestra buen juego y sensaciones, aunque en el arranque de esta cita fueron los locales los que salieron disparados hacia de la meta rival.
El delantero canterano Isaac Romero, debutante este viernes, ya lo intentó de cabeza en la primera jugada en la que le llegó el balón y pocos después, a los dos minutos, Jesús Navas, que regresaba tras lesión, se encontró con el larguero en un potente remate desde lejos.
Los locales fueron intensos, con intentos por las dos bandas, y así las llegadas se sucedieron y también el peligro, como en los remates de cabeza de Kike Salas y el argentino Lucas Ocampos ante un Alavés al que le duró poco el balón y al que le costó busca a hombres creativos como Carlos Vicente, quien en este partido jugaba por primera vez como titular.
Lo mejor para la formación vitoriana fue que con el paso de los minutos el rival no pudo aguantar la misma intensidad y que eso le dio la oportunidad de ver mas de cerca la meta que defendió el serbio Marko Dmitrovic, tanto que, en el segundo saque de esquina que botó, la jugada estuvo mal defendida y el central argentino Nahuel Tenaglia puso el 0-1.
El tanto llegó poco antes de la media hora y al Sevilla, que por su situación clasificatoria está muy falto de confianza, se le notó el golpe recibido y también esa circunstancia la quiso aprovechar el Alavés para hacer mas daño.
Así, Kike García se benefició otra vez de una débil defensa hispalense para poner el 0-2 a los cuarenta minutos y además estar muy cerca del tercero, ya en la prolongación de la primera parte, aunque entre Dmitrovic y un poste lo impidieron para llegar el descanso con ese resultado y además con la lesión del local Kike Salas, que tuvo que ser sustituido por Adriá Pedrosa.
En la segunda parte se vio a un Alavés mucho mas convencido que en el comienzo de la primera de que el podía ser el protagonista y eso motivó a Quique Sánchez Flores a mover pronto y hacer hasta el tres cambios en la misma ventaja, con la entrada del suizo Sow, Rafa Mir y el dominicano Mariano.
La reacción sevillista tardó en llegar e incluso Luis Rioja estuvo cerca del poner el 0-3 antes de que se cumpliera la hora de juego, pero fue Rafa Mir el que a los setenta minutos logró el 1-2 y que su equipo se creyera que podía, al menos, rescatar un punto.
Ese empate llegó tras un penalti que transformó Ocampos a falta de diez minutos para que llegara el tiempo reglamentario tras la falta que el uruguayo Carlos Benavídez le hizo a Mariano, no antes de que la jugada fuera revisada por el VAR.
La alegría local duró poco, porque en el minuto 89 Rubén Duarte, en otra pelota parada mal defendida por el Sevilla, puso el 2-3 definitivo y la alegría visitante y la depresión local.