María no ha tenido más remedio que casarse si quiere salvar a su familia. En mitad de la ceremonia ha descubierto que su boda es por poderes, es decir, que en realidad se está casando con un hombre que no conoce.

Tras un viaje largo, María llega a la fina con Don Ramón. Es de noche, todo está oscuro y al entrar en el salón descubre a un hombre atormentado: es Manuel, su marido.

Manuel la ve vestida de novia y enseguida va a su tío a preguntarle lo quién es: “Es tu nueva esposa, el casamiento ha sido esta misma mañana”, anuncia Don Ramón.

Manuel no se lo cree, no tiene su consentimiento, pero enseguida descubre que ha caído en la trampa de su tío el día que firmó un poder estando borracho.

Hecho una furia, Manuel agarra a María por la fuerza y se la lleva dentro de una furgoneta: “Yo tampoco quería casarme”, señala ella, pero Manuel no quiere ni verla.