«¿Ya estáis abiertos? ¿Se puede pasar?». Una vecina de Gomila entreabre la puerta de entrada a Can Pa, el primer horno que abre sus puertas en el barrio del Terreno después de estar cinco años sin panadería. «Hemos abierto hoy, aún faltan algunas cosas por ultimar, pero ya estamos despachando y sirviendo», le contesta la encargada Francisca Cruellas.
Desde que han levantado la barrera y colocado el género, ha habido un goteo constante de clientes en el horno. «El último cerró hace unos cinco años, es un tipo de comercio muy esperado en una zona que se está reconvirtiendo», explica a este diario Óscar Martínez, responsable del obrador de Esment Alimentació. «Y es muy importante que abra un comercio así en una zona como ésta: los hornos fan barri, favorecen que haya barrio y más cohesión en el vecindario», remata la responsable de Comunicación de la Fundació Esment, Mercè Marrero. «Por eso vamos a colaborar también con la asociación de vecinos del Terreno».
Can Pa surge de una invitación de Camper a la entidad social que da oportunidades a las personas con discapacidad intelectual. «Nos convocaron para entrar en su proyecto de regeneración de Gomila», relata Marrero. Fue también la familia Fluxá la que puso en contacto a la fundación con Jasper Morrison, uno de los diseñadores industriales más reconocidos del mundo. La huella del creador británico está en cada rincón de Can Pa. «Es un diseñador que cuida hasta el mínimo detalle y ha estado en todo el proceso del proyecto», comenta Marrero. «Tiene casa aquí y conoce Mallorca, también había estado en nuestros restaurantes. De hecho, para el de Palmanova ya habíamos comprado algunas piezas de mobiliario de sus diseños sin saber que después íbamos a conocerle y trabajar con él», expone ilusionada, cerrando así un círculo de bonitas casualidades. «El diseño y los lugares hermosos tienen un gran valor para Esment: pensamos que las personas que trabajan en lugares bellos están mejor».
En la calle Joan Miró
La panadería, que ocupa el local ubicado en el número 37 de la calle Joan Miró, era una academia de inglés. Enfrente y a un lado tiene algunos de los nuevos edificios coloreados de los Fluxá, pero en el otro costado todavía hay locales nocturnos abandonados y ruinosos con carteles de «se vende» en la fachada. Can Pa está en la frontera entre las dos Gomilas: la que reverdece y la que es una sombra de lo que fue, pero que es el hogar de muchos residentes que no pueden permitirse alquileres altos.
Can Pa es muchas cosas. También es la primera tienda de Esment Alimentació, que hasta ahora ha puesto en marcha cuatro restaurantes. Del obrador de la fundación, surgió la marca Forn Pes de sa Palla. «Can Pa es una evolución de ella».
¿De dónde surge el nombre? Marrero cita a Fernando Amat, arquitecto y fundador de la tienda de diseño barcelonesa Vinçon. «Fue él quien le comentó a Camper que un nombre precioso para una panadería sería Can Pa. Cuando supimos de esta anécdota, no dudamos ni un segundo en adoptarlo», justifica.
En el establecimiento trabajan la encargada, Francisca, «también uno o dos técnicos y se irán incorporando cuatro o cinco personas con necesidades de apoyo. Veremos qué otras oportunidades pueden surgir en este lugar para que otros puedan participar en el proyecto».
El protagonista del horno es el pan, elaborado con masa madre natural, de fermentación larga, «son horneados diariamente. Usamos algunas harinas ecológicas e integrales», apunta. «Al ser tan natural, tiene una conservación larga», agrega. Hay de algarroba, centeno, xeixa, espelta… «También habrá repostería clásica y la típica de Mallorca salada. Parte de las verduras que se usan para las cocas son de nuestro huerto ecológico».
En Can Pa también se podrán adquirir helados y sorbetes elaborados con fruta de Mallorca comprada a distintas cooperativas. «Y también chocolates».
«La idea es poder hornear aquí mismo; el último golpe de horno lo queremos dar aquí. El olor forma parte indispensable de una panadería», considera.
Materiales locales
El espacio de Can Pa es singular. El rojo y el color teja son protagonistas. «La piedra del interior es de Binissalem y la carpintería también, hecha en Abrines. El banco y la piedra de la coqueta terraza de la entrada son de Huguet. Las lámparas de Jasper Morrison», enumera Marrero.
El proyecto de rotulación y el logo están inspirados en toda la narrativa gráfica que diseñó Mario Eskenazi para todo el proyecto de Camper en Gomila y el resultado final ha contado con su supervisión. «De su desarrollo se ha encargado Maggy Villarroel de Positive Design». El equipo lo completa Eva Justicia, al frente de la parte social del proyecto.
Can Pa lleva más de un año cociéndose -o más bien, horneándose-. En los próximos días se irán ultimando detalles y se completarán las vitrinas y neveras con más productos. También estará a disposición del público un periódico en papel con toda la gama de panadería y pastelería que se ofrece. «Y lo del café lo estamos pensando seriamente. Son muchas personas que esta mañana nos han pedido si lo servimos», comenta Marrero. En un futuro no tan lejano, lanzarán una aplicación digital para pedidos y encargos.
Can Pa abre de miércoles a viernes de 7.30 a 16.30, y sábados y domingos, de 9 a 14 horas.