Su lesión en el segundo partido de Liga trajo consigo una versión muy pobre del RCD Mallorca. Recuperado en tiempo récord, Antonio Raíllo le ha devuelto la solidez en defensa a los de Aguirre, que están empezando a mostrar su mejor cara del curso a las puertas de la segunda vuelta.
¿Cómo está de la lesión?
Se podría decir que bien. En teoría hasta los cinco meses no podía volver y lo hice mucho antes, a los dos meses y poco. Esperaba tener muchas más molestias, la verdad. Hay días esporádicos que sí que tengo algún brote de dolor, pero mucho mejor de lo esperado.
¿Se dio cuenta enseguida de que era la misma que en 2021?
Al instante. El doctor me dijo: «espera, que enfriamos y entramos», pero le dije que tenía muy claro que me había vuelto a romper el ligamento.
¿Le ayudó saber lo que le esperaba para llevar la recuperación de mejor manera?
Me lo tomé con más tranquilidad sabiendo cuál era el proceso que tenía que seguir. La recuperación ha sido mucho más rápido porque sabía los pasos que tenía que dar o cuándo podía forzar por las sensaciones que ya había tenido antes. Uno de los grandes motivos de haber vuelto antes es conocerme mejor y haber vivido esa experiencia.
Redujo mucho los plazos ¿No fue demasiado arriesgado?
El que lo ve desde fuera puede pensar que sí. Yo que estaba dentro y lo trabajaba te digo que no. Mis sensaciones eran buenas en todo momento.
¿Cómo lo hizo?
Entrenaba mañana y tarde, había días que hasta tres sesiones por día. Las horas de trabajo extra eran días que recuperaba. Es verdad que cuando la lesión tocó el cartílago los médicos tenían miedo de ver cómo respondería. Por eso hablaban de cuatro o cinco meses de baja para que no sufriera el tobillo. Mis sensaciones eran otras. Ellos me liberaron un poco, me dejaron tirar hacia adelante y guiarme por mis propias sensaciones.
Ha vuelto y el RCD Mallorca ha pasado a encajar muchos menos goles. ¿Qué parte de culpa tiene?
Es algo de todo el equipo. Estábamos fallando en pequeños detalles y a lo mejor las piezas no encajaban como el año pasado que el mecanismo defensivo estaba mucho más automatizado. Cambiar jugadores hace que haya un proceso de adaptación que se ha conseguido ahora, el míster lo ha trabajado muy bien. No es por mi vuelta, es por la continuidad de partidos que provocan que los engranajes funcionen perfectamente.
Con el sistema de tres centrales se le ve mucho mejor jugador. ¿Lo nota también?
Tanto de una manera como otra los jugadores debemos rendir. Puede que la línea de cinco potencie más mis virtudes. Todo el mundo sabe que me gusta salir conduciendo desde atrás y sumarme al ataque. Los compañeros con el cachondeo siempre me llaman «mochilero» y cosas así. Son situaciones que con línea de cinco se pueden dar más y eso a mí me potencia.
¿Qué ha cambiado en el último mes en el Mallorca? Ahora se tiene más el balón.
Las piezas nuevas que han venido ya están encajando. Saben lo que el míster quiere de ellos y lo que tienen que aportar al equipo. Eso te da ese acople, ese bienestar colectivo que permita que el equipo pueda jugar bien. Al final, los resultados positivos hacen que ganes confianza y te lleva a jugar mucho mejor y atreverte más. La victoria contra el Sevilla nos liberó muchísimo, el equipo dio la sensación de volver a ser los mismos, de decir «hemos vuelto, nos hemos liberado» después de ganar y romper la racha en casa. Volvemos a estar dónde estábamos el año pasado.
Es el primer capitán. ¿Se considera el líder del vestuario?
Hay muchos líderes. Los capitanes somos gente normal que nos repartimos bien las funciones. Puedes ser el apoyo de alguno, pero de vez en cuando necesitas apoyarte en otros compañeros. El vestuario es muy sano. Somos muy amigos entre nosotros. Ese buen rollo hace que rinda más y que en los momentos malos estemos más unidos.
No se suele morder la lengua al final de los partidos. ¿Le han dado algún tirón de orejas?
No, normalmente no. Si digo algo es porque lo veo así o porque pienso que es lo mejor para mis compañeros. Con los años he aprendido a calmarme un poco más y analizar las cosas. Antes era más impulsivo. A veces la propia tensión te lleva a decir lo que piensas (se ríe).
Le va el jaleo.
Me sale solo. Soy de los que les gusta entrar al trapo y la polémica. No te voy a decir que disfruto con ello, pero me río mucho en ese aspecto. La gente igual piensa que eso nos va a afectar. A mí no me pasa. Yo la suelto y que explote (se ríe).
Javier Aguirre siempre habla de adaptación al equipo al referirse a los nuevos. ¿Tanto cuesta?
Diría que sí y que no. Depende bastante del sistema de juego. Cyle o Sergi que son gente más ofensiva y talento se encuentran con un sistema muy distinto. A lo mejor con un 4-4-2 Cyle y Sergi se habrían adaptado en dos o tres semanas y estarían rindiendo a un nivel muy alto. Samú prácticamente no ha necesitado adaptación porque este sistema potencia las virtudes defensivas. El periodo de adaptación no depende solo del jugador en sí, sino del colectivo en general. Cada vez ellos están ganando los automatismos que pide el míster para ser mejores jugadores y que el equipo rinda más.
Con los fichajes de este año se esperaba un salto del equipo con objetivos más ambiciosos.
Es normal que la afición se ilusione. Si el año pasado quedaste noveno y piensa que con la base del equipo, más dos o tres fichajes buenos, puedes dar el salto de Europa. Hay que ser un poco realistas. Detrás de nosotros había equipos como el Villarreal, el Sevilla que acabó ganando la UEFA, el Valencia, el Girona que es un club que está respaldado por otro mucho más grande… Sabemos que es muy complicado entrar en Europa en España.
¿Por qué?
Se tiene que asentar mucho el equipo con cinco o seis años en la elite. Hay que ir potenciando el club y consiguiendo fichajes que te vayan rindiendo muy bien. Arriba hay cinco o seis clubes que solo por cómo se reparten los derechos televisivos es muy difícil competir con ellos. A partir de ahí, hay que enganchar una buena hornada de jugadores que rindan muy bien, como la Real Sociedad en su momento, y dar el salto.
¿El partido ante el Celta es una final?
No diría que es una final. Queda una vuelta, pero sí que es un partido importante porque está por debajo de nosotros y si ganamos les metemos cinco puntos. Es una buena oportunidad para alejarte de las posiciones de descenso.
Son Moix será una fiesta.
Espero que sea una fiesta positiva. Ojalá se llene el estadio y ocupen las 26.000 plazas que hay, eso sería extraordinario. Recuerdo en Segunda y Segunda B que el campo estaba medio vacío y sería un orgullo ver todo lo que hemos conseguido. El club, los jugadores y la afición todos unidos, sería muy bonito.
¿Se nota el cambio con las gradas más cerca?
Claro. La gente que está en la grada con el bullicio no tiene esa sensación, pero nosotros dentro del campo lo notamos. Se celebra un córner que parece que te lo han metido. Es cómo «hostia, ¿dónde estoy?». Eso a final de temporada te da puntos.
¿Hay peligro de que todo lo que rodea al partido les pueda descentrar?
El equipo está muy aislado. Tú me dices que hay fiesta y yo no sé ni qué van a hacer ni qué han organizado, no sé absolutamente nada. Solo que quieren llenar el campo y ojalá lo hagan. Por lo demás, solo pensamos en el partido.
¿La Copa del Rey ilusiona?
Siempre ilusiona. Depende un poco de la suerte con el sorteo. Si pasas este partido y luego te toca una eliminatoria en tu campo contra un rival más asequible que los grandes pues te puedes plantar en semifinales.
Jugar contra el Tenerife parece una buena opción para llegar a cuartos.
Cuando estamos ahí en el campo ninguna opción es buena. Todos los equipos son difíciles. Venimos de estar en Segunda recientemente y que sigue siendo titularísima en Primera. La gente se piensa que por haber ganado al Burgos 0-3 vamos a ir allí y nos vamos a pasear y para nada. Hay que analizar ese partido, tiene un resultado un poco engañoso.
Ante el Burgos David López se salió. ¿Le ve futuro en el club?
De momento se lo está ganando. Tiene condiciones y muchas virtudes. Ayer justó hablé de David con Xisco Campos y me sorprendió para bien que me dijo que se lo tomó con tranquilidad. Antes del partido le dije que se lo tomase como si fuese un partido con el filial.
¿Cómo está Muriqi?
De ánimos está bien. No tengo redes sociales, pero todo me llega y sé que le han caído algunos palos a los servicios médicos del club. La gente no sabe lo que tiene Muriqi. Es una lesión complicada en el gemelo. Además, es un jugador muy alto y que pesa mucho. Hay que ir con pies de plomo porque es una lesión que no es que sea grave, pero de la que se puede recaer muy fácilmente. El club quiere recuperarlo para no perderlo más, no forzarlo.
Tiene contrato hasta 2026. ¿Se ve retirándose en el Mallorca?
Lo más seguro que sí. Es verdad que este año hablé con el Mallorca por el tema de Italia. En algún momento le he dicho que querría probar una experiencia fuera y distinta solo por verlo. Pero que si no se da la oportunidad para nada estoy a disgusto aquí. Estoy muy feliz, me siento muy integrado tanto en el club como en la isla. Siempre he querido vivir algo distinto por la novedad: cambiar de país, idioma, cultura… Pero si no se da me quedaré aquí en el Mallorca y seré el más feliz del mundo.
¿Córdoba o Palma?
Yo, Córdoba, y mi mujer, Palma.
¿Comida favorita?
Pisto.
Una playa de Mallorca.
Palmanova.
¿Marcar un gol o impedir uno bajo la línea?
Impedir uno en la línea.
¿Qué hace en un fin de semana sin fútbol?
Ver fútbol en la tele y estar con los niños.
La última serie que ha visto.
Estoy con una sobre Donald Trump.
¿Red social favorita?
No tengo.
¿Lee las noticias?
Sí, siempre te acaban llegando.
La prensa deportiva es…
Salsa rosa.