La batalla por la renovación del PSPV es hasta ahora de nombres, que es como decir de poder, pero de momento no hay contraposición de proyectos. No hay candidaturas ni precandidaturas, pero desde antes del comité nacional del adiós de Ximo Puig se mantienen tres nombres sobre la mesa: la ministra Diana Morant y los líderes provinciales en Alicante y Valencia, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa. Por ahora, la disputa es quién ocupará la secretaría general, sin más fondo. Casi nada se sabe de los modelos de unos y otros. No se habla de si el PSPV necesita un enfoque más valencianista en tiempos de hiperconcentración de poder en Madrid o si ha de realizar una apuesta más a la izquierda en busca de votos de Sumar y Compromís o si, por el contrario, debe reforzar una orientación al centro a la caza de grandes mayorías.

Hasta este momento no hay nada de eso en el debate. En lo que está el PSPV es en si hay primarias entre varias candidaturas o si hay finalmente integración de corrientes y, en ese caso, en favor de quién.

Por ahora, pasan los días y Alejandro Soler mantiene su intención de ser secretario general, mientras que Morant sigue en un espacio de sombra. Lo que está por ver es si se ha producido un corrimiento en la posición de Ferraz, que de aupar a la ministra de Ciencia como opción única estaría por aceptar otra solución siempre que fuera única e integrara a las otras sensibilidades. Esa es la tesis que emana desde el entorno del dirigente alicantino.

En las últimas horas, coincidiendo con el pleno de diputados ayer por los decretos anticrisis, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y su equipo han intensificado los contactos con los «barones» del PSPV y figuras clave, según ha podido confirmar este diputado. Soler es diputado y no se perdió ayer una sesión clave, aunque las miradas en el sector valenciano estaban más en la renovación interna.

En este sentido, el secretario alicantino comió ayer con otro diputado y referente en el partido, José Luis Ábalos. Es una forma también de exhibir fuerza. El exsecretario de Organización del PSOE representa a un sector histórico que en los últimos años ha perdido integrantes, pero conserva imagen, capacidad de influencia y contactos. Ese grupo se ha mostrado en los últimos meses al lado de Soler y sigue viendo en este «decisión» de presentarse y «voluntad» de integrar al resto. A su vez, en las órbitas del líder alicantino y del valenciano Bielsa se continúan dando señales de complicidad y de posibilidad de entendimiento. Existe «buena sintonía» y coincidencia «en lo esencial», destacaban ayer en el entorno del alcalde de Mislata. Este tuvo un acto ayer con Puig, con foto incluida, pero no hubo diálogo sobre el congreso, aseguran unos y otros.

¿Y Diana Morant? No se mueve del espacio de prudencia que le habría pedido Pedro Sánchez, al menos hasta que el calendario congresual se active. Pero los que están a su lado (el sector más próximo a Puig) han dejado las sombras. Al contrario, han hecho una exhibición de fuerza en la que han mostrado la transversalidad territorial de su opción.

Así, han celebrado un encuentro en la sede de UGT en València con pesos pesados en toda la Comunitat Valenciana: desde la delegada del Gobierno y número dos del PSPV, Pilar Bernabé, y la líder en la capital, Sandra Gómez, a referentes del partido en Alicante ajenos a Soler (el veterano Ángel Franco; el alcalde de Alcoy, Toni Francés, o Toñi Serna, mano derecha de Leire Pajín) y representantes importantes en Castellón, como el secretario provincial, Samuel Falomir, y la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños. Los cálculos de este sector es que aglutinaría a alrededor de la mitad de la militancia en Valencia y Alicante y a una mayoría muy amplia en Castellón. Son cálculos.

Podría interpretarse como un impulso a Morant para salir a la arena aunque pueda no ser candidata única. Esa es la incógnita grande que queda por resolver y que se antoja difícil que se despeje antes de que la ejecutiva del próximo lunes ponga en marcha el proceso al congreso.