Noruega se acaba de convertir en el primer país del mundo que da luz verde a la explotación minera de los fondos marinos. Se trata de una actividad industrial muy esperada por empresas que buscan minerales críticos para baterías eléctricas y paneles solares (pero también para ciertos medicamentos) y, en cambio, muy temida por parte de científicos y ecologistas al considerar que abre la puerta a grandes impactos en el fondo del mar.
El parlamento de Noruega ha votado este martes a favor de permitir la exploración mineral del lecho marino de una extensa región situada en el Ártico, en línea con un acuerdo alcanzado entre el gobierno y partidos clave de la oposición el mes pasado, y a pesar de las protestas de los activistas ambientales.
Con esta decisión política, Noruega espera convertirse en el primer país en hacer realidad la minería en aguas profundas a escala comercial y asegurarse así la obtención de minerales críticos para la transición energética, a pesar de la preocupación existente sobre el impacto ambiental que esta actividad generará.
De hecho, a pesar del interés de numerosas empresas por empezar a extraer minerales en varios puntos del planeta, todavía no hay otorgado ningún permiso de explotación, aunque sí varias decenas de autorizaciones para sondeos. España es uno de los países que se oponen firmemente a la minería submarina.
Aún no hay un cronograma establecido sobre cuándo podría comenzar la exploración, aunque el plan es otorgar a las empresas adjudicatarias derechos exclusivos para la exploración y la posible extracción de áreas específica, según informa Reuters.
El proceso se basará en el establecido para la exploración de petróleo y gas de Noruega, mientras que cuestiones como la cuantía y naturaleza de los impuestos se debatirán en una etapa posterior, dijo a Reuters un responsable político.
«Ahora vamos a ver si esto se puede hacer de manera sostenible, y ese es el paso que hemos dado ahora», dijo al Parlamento el ministro de Energía, Terje Aasland.
La versión enmendada de la propuesta del gobierno, que fue debatida este martes, establece requisitos ambientales más estrictos durante la fase de exploración de lo previsto originalmente.
Enfrentamiento con la UE
La medida adoptada por el Parlamento noruego pone al país en clara confrontación con la UE y el Reino Unido, que han pedido una prohibición temporal de esta práctica debido a las amenazas existentes de graves daños ambientales.
Las técnicas para recolectar minerales del fondo marino podrían generar una importante contaminación acústica y lumínica, así como daños al hábitat de los organismos que dependen de los nódulos, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En noviembre, en una medida inusual, 120 legisladores de la UE escribieron una carta abierta pidiendo al parlamento noruego que rechazara el proyecto debido al «riesgo de tal actividad para la biodiversidad marina y la aceleración del cambio climático». La carta también decía que la evaluación de impacto realizada por Noruega presentaba demasiadas lagunas, según informa la BBC.
Además de las críticas externas, el gobierno noruego también ha recibido el rechazo de sus propios expertos. El Instituto Noruego de Investigación Marina (IMR) asegura que el gobierno ha hecho suposiciones a partir de una pequeña área de investigación y las ha aplicado a toda el área planificada para la perforación. Se estima que se necesitan entre cinco y diez años más de investigación sobre los impactos en las especies.
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