La segunda en términos absolutos y la segunda en términos relativos respecto a lo acumulado anteriormente. Es el balance de la evolución de la deuda de la Comunidad Valenciana en los últimos cuatro años. La Generalitat alcanzó a finales de 2023 los 57.246 millones de euros de pasivo, una carga financiera que supone un incremento de 6.439 millones en los últimos cuatro años, solo superada en este periodo por Cataluña (con 7.314 millones) y de un 12 % respecto a la que ya tenía, la segunda que más, solo por detrás de Murcia (un 18 %).

La covid no solo llenó los hospitales de toda España, también lo hizo de préstamos y números rojos las arcas autonómicas. En los cuatro años de pandemia, 13 de las 17 comunidades tuvieron que recurrir al endeudamiento para cubrir el aumento de los costes derivados de la crisis sanitaria como por las consecuencias del frenazo de la actividad económica.

La suspensión de las reglas fiscales permitió esta situación sin sanciones ni obligación de recortes. Así, en este tiempo, solo Asturias, Andalucía, Baleares y Navarra han visto cómo su pasivo ha descendido en este tiempo. En el resto, sin embargo, la deuda se ha incrementado.

En total, la factura de la pandemia en lo que respecta a la deuda es de 22.088 millones, aunque no en todas las autonomías ha afectado por igual. Es en esta clasificación donde destacan con bastante diferencia Cataluña y la Comunidad Valenciana. Estas dos comunidades no solo lideran la tabla en términos absolutos sino que ambas representan más de la mitad de toda la deuda generada es de estas dos comunidades.

En el caso valenciano, un 29 % de los números rojos tienen el sello del Consell, entonces gobernado por el Botànic. Casi uno de cada tres.

En esta distribución de la deuda, llama la atención también que la Comunidad Valenciana ha generado tanta en los últimos cuatro años como Madrid, Murcia, Galicia y Canarias juntas. Estas representan la tercera, cuarta, quinta y sexta que más han descuadrado sus cuentas en este plazo y juntas suman el doble de presupuesto que la Generalitat.

La Comunidad Valenciana se ha acostumbrado a situarse en las posiciones de cabeza de las autonomías deudoras. Casi da igual la forma de medición, bien en porcentaje a su PIB, en números totales o en relación a su población, que está subida en los peldaños de arriba, luchando por medallas simbólicas. También lo hace, y no es un elemento independiente, en la de las más castigadas por la financiación por habitante.

Nexo con la infrafinanciación

La falta de ingresos estatales es el compás sobre el que suele bailar el endeudamiento. Menos ingresos lleva a mayor descuadre si no hay recortes de por medio. Esta relación se ve en el caso de Murcia. La autonomía vecina es la cuarta que más sube su deuda, 1.890 millones, y es la octava en el global. No obstante, la deuda murciana ha sido la que más se ha incrementado en este periodo de cuatro años en términos relativos, un 18 %, el doble que Cataluña y un 50 % más que la valenciana.

El lado contrario de la moneda es el de Andalucía, una autonomía también considerada en el vagón de cola de la financiación y que en estos últimos cuatro años ha sido una de las pocas excepciones que ha reducido deuda. En total, 78 millones, la tercera que más la ha reducido tras Baleares y Navarra —que, esta sí, cuenta con el concierto foral propio—. No obstante, la comunidad andaluza continúa como la tercera que más deuda acumula en términos globales con 38.000 millones.

La deuda será en los próximos meses uno de los debates entre el Gobierno central, más en concreto, el Ministerio de Hacienda, y las autonomías con la condonación de una parte de esta. El Consell ha exigido que más allá de esta quita —que en el caso valenciano podría llegar hasta los 10.000 millones—, se aborde el sistema de financiación porque sin cambiar el modelo de reparto, esta solo sería «un parche».