Llega el frío y, como cada año, vuelven catarros y resfriados. La aparición de los primeros mocos del año genera una oleada de consultas sobre remedios para prevenir y curar estas dolencias. ¿Pero qué hay de cierto y qué no sobre estas prácticas? Cuatro expertos interpelados por El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica, desmontan algunos de los mitos más comunes sobre cómo prevenir y curar un constipado.

Antes de entrar en el debate, el médico y preventivista Vicente Baos pone todas las cartas sobre la mesa. «Cuando hablamos de catarros hablamos de una infección vírica que afecta a las vías respiratorias altas«, puntualiza el doctor. El origen de los mocos, el dolor de cabeza y el malestar general de los resfriados, pues, no es otro que un virus. O mejor dicho, un amplio abanico de patógenos que circulan en estas épocas del año. «Estos virus se aprovechan de que en otoño y en invierno, cuando el clima es más frío y seco, hacemos más vida en interiores y los ‘bichos’ pueden pasar de una persona a otra», comenta Baos.

«La mejor prevención son las medidas de higiene y prevención y el mejor remedio es el alivio. Todo lo demás son tonterías»

Vicente Baos, médico preventivista




El especialista explica que la época de resfriados, que se concentra en los meses de frío de cada hemisferio, forma parte de un proceso natural de circulación de virus (que, por cierto, el año pasado quedó interrumpido por la expansiva presencia del covid-19). De media, se calcula que una persona adulta pasa entre dos y cinco resfriados al año y que los niños suman entre cuatro y ocho. En la mayoría de casos, estos virus provocan síntomas leves y se curan con tiempo y paciencia. «La mejor prevención son las medidas de higiene y prevención y el mejor remedio es el alivio. Todo lo demás son tonterías», resume Baos.


El frío

Una de las creencias más extendidas sobre la causa de los resfriados es el frío. Pero según explica la médica y comunicadora Esther Samper, no hay nada más erróneo que el típico ‘abrígate que te vas a resfriar’. «Los causantes de gripes y resfriados son los virus y no el frío, ni los cambios bruscos de temperatura ni las corrientes de aire», explica Samper. Según recoge la doctora en el libro ‘Si escuece cura: 50 malas prácticas de salud al descubierto’, «podrías estar en la mismísima Siberia a -40 grados y con bañador que, si no estás en contacto con ningún virus, no vas sufrir ningún resfriado. Por el contrario, podrías llevar más capas que una cebolla y coger un resfriado por estar en contacto con un virus».

«Los causantes de gripes y resfriados son los virus y no el frío, ni los cambios bruscos de temperatura ni las corrientes de aire»


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El hecho de que relacionemos los resfriados con el frío, explica Samper, se debe a una combinación de circunstancias. Por un lado, los virus sobreviven (y se transmiten) mejor en ambientes fríos y secos. Por otro, las bajas temperaturas de estas épocas «disminuyen la capacidad defensiva de las mucosas de las vías respiratorias, facilitando la infección por virus». Finalmente, como también decía Baos, el hecho de que en otoño e invierno pasemos más tiempo en interior crea el caldo de cultivo perfecto para que el virus pase de una persona a otra. Exactamente igual que ocurre con el coronavirus responsable del covid-19.

 


Suplementos vitamínicos

¿Sirve de algo tomar suplementos vitamínicos para prevenir un catarro? El nutricionista Julio Basulto, toda una eminencia para desmentir bulos sobre alimentación, responde con un rotundo no. «Tomar suplementos vitamínicos no evitará que cojas un resfriado. Tampoco un zumo de naranja repleto de vitamina C, un actimel o unas pastillas que se anuncian diciendo que son el mejor escudo para tus defensas», comenta el divulgador. El principio, explica, es sencillo. Solo hay un compuesto que está diseñado para reforzar las defensas; las vacunas. «Todo lo demás son patrañas«, esgrime Basulto.

«Tomar suplementos vitamínicos no evitará que cojas un resfriado. Tampoco un zumo de naranja repleto de vitamina C»


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Según explica Basulto, no hay ninguna fórmula mágica para reforzar el sistema inmune. Sobre el papel, para mantener unas defensas sanas hay que seguir un estilo de vida saludable que incluya una alimentación sana y equilibrada, una correcta pauta de sueño y una buena rutina de ejercicio físico. Pero, según argumenta el divulgador, ni siquiera estos buenos hábitos sirven para prevenir los catarros.

«Comer mejor o dormir más en esta temporada no hará que esquives un catarro. Aunque soy el primero que quiere promover hábitos de vida saludable, no puedo decir que ‘comer bien ayuda frente a los resfriados’ porque sería dar falsas esperanzas», concluye Basulto.

 


Miel, jengibre y ajo

Todos hemos oído aquello de que una cucharita de miel, una infusión de jengibre o una pasta de ajo es ‘mano de santo’ contra los resfriados. Basulto refuta todos estos remedios caseros de la mano de la evidencia científica. «Se han hecho varios estudios sobre estos temas y ninguno ha encontrado pruebas sólidas para demostrar la efectividad de estos compuestos», comenta el divulgador. El nutricionista también descarta el uso del propoleo, la equinácea y los complementos alimenticios naturales, pues tampoco cuentan con el respaldo de la evidencia científica.

Según explica Basulto, es el mejor truco para reconocer este tipo de bulos es el sentido crítico. «Si suena demasiado bonito para ser verdad es que no es verdad«, zanja el experto.

 

«Si suena demasiado bonito para ser verdad es que no es verdad»


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Medicamentos

«A día de hoy no hay ningún medicamento o terapia que acorte la duración de un catarro. Lo que sí existe es un arsenal de productos para aliviar los síntomas«, explica el farmacéutico Roi Cal, portavoz de la plataforma Farmaciencia. «En las farmacias se venden cosas que funcionan muy bien para aliviar los catarros y cosas que no funcionan para nada, como la homeopatía», ilustra el experto.

«A día de hoy no hay ningún medicamento o terapia que acorte la duración de un catarro. Lo que sí existe es un arsenal de productos para aliviar los síntomas»


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Según explica Cal, «el mejor medicamento es el que te recomiende tu médico o tu farmacéutico y no el que anuncian por la tele diciendo que hace milagros para todos». El experto desaconseja la automedicación porque, lejos de ser una práctica inocua, la mezcla de fármacos puede generar efectos adversos. Por ejemplo, Cal también explica que algunos antigripales están contraindicados para personas que toman medicamentos para la depresión o con enfermedades anticoagulantes.


Casa y mantita

La mejor cura para los resfriados, resume el doctor Vicente Baos, es «quedarse unos días en casa y descansar«. «No hay ningún remedio mágico que haga desaparecer tus síntomas, pero si te quedas unos días en casa evitas que el malestar vaya a más y, además, no contribuyes al ‘caldo de cultivo’ para contagiar a otros«, comenta el especialista, quien recuerda que en países como Alemania «está mal visto ir a trabajar enfermo».

Una vez en casa, Baos aconseja actuar con sentido común, ponerse bajo una mantita y tener un poco de paciencia hasta que los síntomas se desvanezcan. «Un té con miel no te curará el resfriado, porque si tienes la garganta irritada te resultará más agradable beber eso que un trozo de pan áspero y seco», ejemplifica el doctor. «El proceso vírico va por dentro y avanza a su ritmo, independientemente de tus deseos y necesidades. ¿Sabes aquello de que la naturaleza actúa por su cuenta? Pues se aplica tanto a los astros como a los linfocitos», bromea Baos.