Después de reducir a la mínima expresión las partidas públicas para las políticas de cooperación en el Gobierno de Aragón y en ayuntamientos en los que tienen (o han tenido) influencia, como el de Zaragoza o el de Huesca, ahora el grupo municipal de Vox en la capital altoaragonesa da una vuelta de tuerca y plantea que la dotación para estos fondos salga de las dietas de los concejales de forma «voluntaria». Además, hacen extensiva la petición a la ciudadanía en general, dejando uno de los compromisos que marca la ONU en una cuestión voluntaria o de azar. Cabe recordar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya fijó hace décadas en el 0,7% de la renta bruta de las naciones la cuantía que deberían destinar a la ayuda al desarrollo.

Así, según explicaron desde la formación de extrema derecha en Huesca, «ante el revuelo causado entre muchos de los concejales oscenses y la solicitud de varias asociaciones sobre la necesidad de mantener la partida de cooperación», presentan una propuesta de resolución pidiendo la puesta en marcha de los mecanismos legales adecuados para «compensar la reducción de la partida presupuestaria antes citada».

Según este mecanismo, desde Vox pretenden que «los concejales que lo deseen puedan realizar aportaciones voluntarias de parte de sus dietas, asistencias y salarios» y, además, que por otro lado, «dicho mecanismo pueda hacerse extensible a cualquier ciudadano, para que los habitantes de Huesca que lo deseen y han mostrado su inquietud puedan contribuir de manera voluntaria a través de donaciones específicas para la partida de cooperación al desarrollo».

En este sentido, reiteraron que consideran que estos fondos deberían ser una «competencia exclusiva, única e indelegable del Gobierno de España» y llegaron a plantear que, de este modo, «podrá destinarse más ayuda a quien realmente lo necesita» y centrarse desde los consistorios en las políticas municipales.

Sin embargo, los recortes en cooperación desde las distintas administraciones en Aragón ya dejan numerosos proyectos damnificados en todo el mundo a futuro, como los de Médicos del Mundo en países como Senegal o Mozambique; los de Arapaz, en el Líbano, para ayudar a mantener a más de 400 familias, entre muchos otros.

La FAS no entiende la actitud de la ultraderecha

El nuevo movimiento de Vox en el Ayuntamiento de Huesca no ha encontrado la comprensión de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), que trabaja por la cooperación y el desarrollo con otras organizaciones. Según fuentes de la FAS, «ni se entiende ni tiene lógica» la propuesta que la ultraderecha lleva en forma de moción. «Ya pueden explicar bien el mecanismo, porque los ciudadanos ya pueden colaborar con las ONG sin necesidad de pasar por el ayuntamiento de su localidad», citan las mismas fuentes, que señalan que estas contribuciones solidarias se pueden desgravar en las declaraciones de los ciudadanos.

«Es algo totalmente contradictorio a lo que han pedido en las instituciones», critican desde la FAS, donde creen que es «un remordimiento de conciencia después de Navidad» o, incluso, «una cortina de humo para esconder que han pedido eliminar la partida de cooperación en todas las instituciones en las que tienen poder». La FAS recuerda que solo se pide a los consistorios aportar el 0,7% del presupuesto, una cifra estandarizada en todo el mundo.