El fabricante estadounidense de aeroestructuras, Spirit AeroSystems, mayor proveedor de Boeing, se desploma ante la crisis que está viviendo el fabricante de aviones. Como saben, Boeing se hunde hoy en bolsa por los problemas registrados en pleno vuelo en uno de sus aviones el pasado viernes, un 737 Max 9, lo que ha llevado a que la compañía se enfrente a la inspección de estos modelos de aparatos por parte de los reguladores (la FAA, Administración Federal de Aviación).
Boeing cae un 8,80% en la sesión de Wall Street y Spirit AeroSystems se hunde un 13%.
El aparato de Boeing que tuvo problemas pertenecía a la aerolínea Alaska Airlines y perdió un papel en pleno vuelo. Los investigadores aún están tratando de determinar qué causó este problema. En el vuelo viajaban 171 pasajeros.
La reputación de Boeing «ha quedado destrozada»
Las caídas de Boeing en bolsa contrastan con el comportamiento de su principal competidor y principal fabricante europeo de aeronaves, Airbus, que sube ahora un 2,4%. Los expertos de AJ Bell afirman que la reputación de Boeing «ha quedado destrozada» después de lo ocurrido. «Es el último de una serie de problemas para la empresa, que incluyen la suspensión de los aviones 737 Max en 2019 después de dos accidentes y posteriores retrasos en las entregas y problemas de producción», precisan estos expertos.
AJ Bell remarca que la seguridad es «de suma importancia» en el sector de la aviación. «Las aerolíneas que utilizan aviones 737 Max estarán reflexionando detenidamente sobre sus futuros pedidos de aeronaves y cómo Boeing podría desempeñar un papel menor, o incluso ninguno en absoluto«.
Estos analistas reiteran que «no hay margen para errores en la construcción de aviones». «Naturalmente surgen preguntas sobre los controles de calidad y si Boeing está intentando hacer las cosas demasiado rápido».
«La dirección de Boeing estará bajo una presión considerable por parte de los reguladores y los clientes para explicar lo que está sucediendo, lo que significa vientos en contra considerables para el negocio. No es de extrañar que los inversores hayan corrido a vender las acciones, ya que los riesgos de inversión han aumentado considerablemente», concluye AJ Bell.