El Gobierno contiene la respiración ante la negativa de Juntsa convalidar sus decretos. El órdago separatista da al traste con la aspiración de Pedro Sánchez de vender estabilidad en el inicio de este 2024. Mientras, el Partido Popular planta cara a La Moncloa con los Presupuestos.
La Moncloa prevé contactos hasta última hora de este miércoles y ya mira hacia Alberto Núñez Feijóo para ratificar sus proyectos. Será el mismo Pleno en que las Cortestumbarán las enmiendas a la totalidad de la ley de amnistía de PP y Vox.
Al margen de la amnistía con las enmiendas, donde se librará la batalla este año es en el Senado, el PP está decidido a vetar allí los Presupuestosa pesar de las amenazas de la ministra de Hacienda de fijar un déficit más restrictivo para las comunidades gobernadas por los populares.
El órdago de Junts
Pedro Sánchez ve alejarse en este arranque de 2024 la búsqueda de imagen de un bloque parlamentario estable y, salvo acercamiento in extremis a Junts, sufrirá el miércoles una derrota en la extensión de medidas anticrisis y la Ley Omnibus, dos proyectos esenciales para el Gobierno, además de un tercer decreto con medidas de conciliación.
El rechazo de los de Carles Puigdemontserá ratificado este lunes mismo por su cúpula, mientras La Moncloa receta «calma» y promete, «ante unas votaciones de infarto», multiplicar los contactos. «Al límite», «sobre la bocina», «el escenario es complejo y nada fácil de gestionar», convienen ya a Ricardo Rodríguez fuentes socialistas.
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La opción de un acercamiento a Alberto Núñez Feijóo para salvar el test de estrés también tiene sus riesgos, porque le daría bazas y debilitaría a Sánchez. «De aquí a pasado mañana, todo puede pasar» en un pleno que, por añadidura, tumbara las enmiendas a la totalidad a la ley de amnistía.
Los Presupuestos con el PP
Igual que con la amnistía, esto no quiere decir que no acaben aprobando las cuentas del Estado para 2024, pero es cierto que sería otra forma de acorralar al Gobierno. Los populares creen que el objetivo de déficit será superior al 3,2 que anuncian y, a partir de ahí, consideran inaceptables la mayoría de las partidas de los presupuestos.
Hicieron frente común todas las comunidades gobernadas por el PP contra la condonación de la deuda a Cataluña y ahora esperan un cierre de filas similar, a pesar de la amenaza de la ministra de Hacienda de endurecer el objetivo de déficit de las administraciones regionales y locales, modificar a la baja el techo de gasto y echar mano del Programa de Estabilidad que enviaron a Bruselas.
Pero este tortuoso camino para las cuentas del Estado debería salvar primero los obstáculos que pongan los propios socios del Gobierno en el Congreso, donde el PP recuerda a Maribel Sánchez que «los socialistas solo cuentan ahora mismo con el apoyo expreso e incondicional de Bildu«.
