La baja de Rafa Nadal ha supuesto un duro golpe para el Open de Australia. La presencia del exnúmero 1 del mundo era uno de los grandes alicientes de un torneo en el que Novak Djokovic defenderá título ante el empuje del amplio abanico de candidatos de aspirantes, con Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y Daniil Medvedev al frente.
Por suerte, la lesión no parece grave y todo apunta a que podrá volver en breve con el objetivo de seguir cogiendo ritmo entre febrero y marzo de cara a su gran objetivo, ser plenamente competitivo a partir de abril, cuando arranca la temporada de tierra batida.
Su baja ha beneficiado a quien era el primer reserva del Open de Australia, y que ahora podrá entrar en el cuadro principal sin tener que pasar por la fase previa. Se trata del francés Quentin Halys, que ocupará la plaza que tenía reservada Nadal.
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Rafa Nadal regresó a las pistas en Brisbane tras 11 meses de baja por lesión. Lo hacía con el único objetivo de coger tono competitivo y sumar puntos en pista para así prepararse para el Open de Australia. Primero, quiso quitarle el polvo a su derecha con un partido de dobles con Marc López que acabó con una nada importante derrota. Volvió a sentir las mariposas en el estómago de los días grandes cuando volvió en Brisbane dos días después en cuadro individual, ante Dominic Thiem.
En ese primer encuentro oficial en cuadro individual, Rafa volvió a lo grande, con triunfo, aunque contra otro tenista que también se encuentra en proceso de volver a ser lo que era tras una importante lesión. Seguía con los pies en el suelo, pero se mostraba emocionado, muy contento de poder competir al nivel que lo había hecho en su primer choque.
Luego llegaría el partido de segunda ronda contra Kubler, que saldó con otro triunfo. «Me siento competitivo, es todo lo que quiero. Ahora vamos a ver qué ocurre y cómo de lejos puedo ir», afirmó el mallorquín ante los espectadores en una entrevista al borde de las canchas tras imponerse por 6-1 y 6-2. Nadal iba dando pasos al frente, con muy buenas sensaciones que volvieron a exhibirse de inicio. Nadal podía incluso haber ganado ese partido, al disponer de 3 bolas de set que desaprovechó en la segunda manga. Se pasó de ver a un Rafa enorme, con grandes puntos que levantaron al público de sus asientos, en constante crecimiento, a verle perdiendo el segundo set y, posteriormente, sentado quejándose de una lesión, yéndose al vestuario con 4-1 abajo en la tercera y definitiva manga.
El fantasma de las lesiones volvía a aparecer y la zona parecía ser la misma que su gran lesión de 2023. «El dolor era en el mismo sitio, pero creo que más por una cuestión muscular, de cansancio», decía en un primer momento tras el partido, dejando claro que no se trataba de la misma lesión en el psoas ilíaco que le obligó a pasar por el quirófano en 2023.