Tras el plante de Junts respecto a uno de los decretos que se votarán este miércoles en el Congreso -que se reúne en el Senado- y la advertencia de Podemos, rechazando la reforma del subsidio de desempleo para los mayores de 52 años, Moncloa decidió mover ficha antes de quedarse sin apoyos entre sus socios parlamentarios. Este domingo y este lunes el ministro de la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños, se puso en contacto con la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, para recabar el respaldo de los populares, según han confirmado fuentes de uno y de otro partido.
Desde el PP acusan al ejecutivo de agarrarse «a un clavo ardiendo», de intentar a la desesperada conseguir de los populares lo que no tienen de sus socios, pero la disposición de Moncloa, dicen, «es llamar para pedir, pero no para ofrecer». Significa que no vieron receptividad a ninguna de las tres condiciones que Gamarra puso sobre la mesa, para, al menos, conseguir la abstención del PP, esto es, deflactación del IRPF para las rentas de menos de 40.000 euros; rebaja del IVA de productos frescos, como carne y pescado, y mantenimiento de la rebaja del IVA de la luz y del gas, sobre todo a las familias vulnerables.
En el PP bromean respecto a su sorpresa de que los socialistas llamen «a un partido fascista sobre el que levantó un muro» en alusión al discurso de investidura de Pedro Sánchez, insistente en identificar al PP con Vox. Pero ayer lo dejaron claro en Génova, tanto el propio alberto Núñez Feijóo a primera hora de la mañana como más tarde el portavoz popular, Borja Sémper, en una comparecencia tras la reunión del comité de dirección.
No salir «al rescate» de Sánchez
«Dejamos claro que el PP no va a salir al rescate del señor Sánchez si se encuentra en apuros por los intereses contrapuestos de sus aliados. No vamos a ser muleta de un presidente que eligió a sus socios. No le vamos vamos a socorrer cuando la coalición se gestó para levantar un muro contra el PP. El PP ya le avisó. Debe asumir sus consecuencias. No aceptaremos chantajes», dijo Sémper, quien agregó no tener duda «de la capacidad de pedir de Junts y de dar de Sánchez». «Sólo hay tres opciones: la primera, o Junts traga, o Sánchez cede o el gobierno debuta perdiendo votaciones y demostrando su debilidad parlamentaria».
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