El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró este lunes que sigue habiendo «un claro interés» en los países árabes de Oriente Medio para normalizar sus relaciones con Israel, pero para ello es necesario detener la guerra en Gaza y el establecimiento de un Estado palestino.
«Sí, hablamos de eso en cada parada, incluido por supuesto aquí en Arabia Saudí, y puedo deciros que hay un claro interés aquí en lograrlo, hay un claro interés en la región en lograrlo«, dijo Blinken en declaraciones a la prensa desde el aeropuerto de Riad antes de poner rumbo a Israel.
Sin embargo, el estadounidense afirmó que para que los países accedan a establecer lazos con Israel es necesario primero que «el conflicto termine en Gaza y que se abra un camino práctico hacia un Estado palestino» independiente.
«Esto es lo que escuché de todas las personas con las que hablé al respecto. El interés está ahí, es real y podría ser transformador», aseguró Blinken, que durante su última gira por Oriente Medio ha defendido el establecimiento de un Estado palestino para poner fin a la guerra y resolver el conflicto histórico entre Israel y Palestina.
El jefe de la diplomacia norteamericana también hizo referencia a sus conversaciones para evitar que la guerra se expanda en la región, en un momento en el que crecen las preocupaciones sobre la apertura de nuevos frentes.
Precisamente, cómo evitar esta escalada fue la principal motivación de la gira de Blinken, su cuarta a Oriente Medio desde el estallido de la guerra en Gaza el 7 de octubre, y en medio de un recrudecimiento del intercambio fronterizo entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel, además de los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen contra buques mercantes en el mar Rojo.
«Los israelíes han sido muy claros con nosotros en que quieren encontrar una manera diplomática de avanzar que cree el tipo de seguridad que permita a los israelíes regresar a sus hogares», dijo Blinken sobre el intercambio de ataques fronterizos entre Hizbulá e Israel.
En este sentido, recordó que casi 100.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el norte de Israel «debido a la amenaza de Hizbulá», mientras que otras 80.000 han hecho lo propio en el sur del Líbano debido a los ataques israelíes.