Lluís Lozano

Henko, un pastor belga malinois de 12 años, pasó una década buscando papel moneda para la Guardia Civil y fue uno de los primeros agentes caninos en recibir una condecoración por su trabajo, pero nadie le garantizaba una jubilación a la altura.

Para encontrarle un nuevo hogar a su medida, a él y a tantos otros perros jubilados, trabajan asociaciones como Héroes de 4 Patas o Adopta K9, que han dado la vuelta a los procesos de adopción: es el perro el que elige el humano que le es más conveniente, y no al revés.

«Queremos evitar que haya devoluciones o adopciones que no lleguen a buen puerto, porque queremos que sean definitivas. Está yendo bastante bien desde que lo hacemos así, no han devuelto casi ninguno», explica a EFE Manuel Lorenzo, representante de Adopta K9 y agente de Policía Nacional.

Evitar, en definitiva, que perros que muchas veces acarrean dolencias entren en situación de abandono. Henko, por ejemplo, fue operado de la uretra tras dejar el instituto armado y tuvo que pasar por dos casas de acogida temporales.

Hasta que llegó a manos de Héroes de 4 Patas y, de ahí, a casa de Susana Cela y su esposo Juanjo, a quienes la organización ya había dado en adopción a otro malinois ex guardia civil: la especialista en búsqueda de estupefacientes Enma, fallecida el pasado septiembre a causa de un tumor.