Ha llegado el Liceo en una situación impensable al último partido de la primera vuelta. Casi siempre en los últimos años se ha llevado sorpresas para bien por esa eterna capacidad de reciclaje, de reinventarse sobre la marcha, por ese gen competitivo que le acompaña, a pesar de que le deshiciesen el equipo cada verano. No le ha pasado esta vez lo mismo al conjunto verdiblanco, que se planta en el envite ante el Noia (domingo a las 12.30 horas, Olìmpic de L’Ateneu, OKLigaTV) con su clasificación para la Copa del Rey en juego. Lo que se da por descontado desde 2006 para un aspirante al título, de repente se encuentra en peligro.

El Liceo arrancará la jornada unificada en la cuarta posición cuando en realidad entran los ocho primeros a esa especie de fase final, con lo que depende de sí mismo. Si gana, no hay más que hablar. Un privilegio real y un tanto engañoso, porque hasta el décimo clasificado aún tienen opciones de colarse en la lucha por el torneo del KO. Todo está muy apretado y el conjunto de Juan Copa también sufre esos rigores.

El problema es que de los seis equipos que le suceden, cinco juegan en casa y ninguno ante el todopoderoso Barça. Calafell-Rivas, Reus-Girona, Voltregà-Lleida, Alcoi-Caldes e Igualada-Sant Just. El Liceo tiene otro elemento en contra, ya que el Calafell, equipo que también tiene 18 puntos, cuenta con la plaza asegurada porque es el anfitrión de la Copa, con lo que si se quedase fuera de los ocho primeros, solo habría siete vacantes en juego.

El Noia, su rival, tampoco se lo va a poner nada fácil en el duelo de este domingo. Está invicto en el Olìmpic de L’Ateneu y solo ha cedido tres empates el equipo en el que juega un exliceísta como Jordi Bargalló. Una igualada tampoco sería un mal resultado para los coruñeses, ya que las diferencias de goles son favorables a sus intereses, aunque es una situación peligrosa en un final apretado.

La mejor noticia antes de comenzar el duelo es que los verdiblancos recuperan a Dava Torres, recién renovado hasta el año 2027, al igual que César Carballeira. El coruñés, goleador y capitán, es el mejor de los refuerzos posibles después de que se pasase todo el mes de diciembre fuera por unas molestias. La convocatoria ya es de diez con Pellizarri, y el Liceo puede, por fin, pelear de poder a poder. Lo necesitará en una final a golpe de mes de enero.