El partido-milicia chií libanés Hezbolá ha confirmado el lanzamiento este sábado de más de 60 cohetes contra Israel, en un movimiento que han definido como su «respuesta inicial» al asesinato esta semana en la capital de Líbano, Beirut, del ‘número dos’ del brazo político del movimiento islamista Hamás, Salé al Aruri.
«Hemos disparado a las 08:15 de esta mañana 62 cohetes contra la base israelí de Merón«, ha anunciado Hezbolá en un comunicado recogido por el ‘L’Orient le Jour’. La base, ubicada en la cima del monte Merón (o monte Jarmaq para los árabes), es considerada uno de los dos principales centros de vigilancia y control aéreo del Ejército israelí en el norte del país. Por su parte, el Ejército israelí ha confirmado el ataque de Hezbolá contra esta base tras constatar al menos 40 cohetes en vuelo, la mayoría interceptados, que de momento no han dejado víctimas. Los militares han efectuado un contraataque que habría alcanzado «una célula terrorista responsable de los lanzamientos».
La ofensiva ha desatado la alarma en un gran número de comunidades israelíes fronterizas con Líbano, cuyos residentes han recibido la orden de resguardarse ante nuevos lanzamientos o ataques con aviones no tripulados.
Israel, contra las acusaciones de genocidio
Por su parte, las autoridades de Israel pretenden incrementar la presión internacional contra la demanda por «genocidio» en la guerra de Gaza presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El propósito de esta acción es evitar una orden cautelar del tribunal para detener inmediatamente los combates, según ha recogido este viernes por la noche el portal de noticias Axios citando una copia de un telegrama del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí a sus embajadas en el extranjero.
En dicho escrito, ha añadido Axios, se ordenaba a las embajadas que persuadieran a los políticos y diplomáticos locales a fin de convencerlos para pronunciarse en contra de la demanda interpuesta por Sudáfrica y respaldada este martes por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Malasia. Poco más de tres meses después del inicio de la guerra contra el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza, Israel debe responder por primera vez ante un tribunal internacional por la operación militar en curso tras el fuerte escrutinio internacional por sus acciones.
Sudáfrica ha demandado a Israel ante el máximo tribunal de Naciones Unidas, acusándolo de genocidio y las vistas han sido agendadas para los días 11 y 12 de enero. En este sentido, Sudáfrica ha invocado en su demanda la Convención sobre el Genocidio, de la que ambos Estados son firmantes. No obstante, Israel ha rechazado firmemente las acusaciones de Sudáfrica, afirmando que «Hamás es el único responsable del sufrimiento de los palestinos de Gaza» y defendiendo que está haciendo todo lo posible en la guerra para minimizar los daños a la población civil, a pesar de que hay evidente debate sobre la veracidad de estas afirmaciones.
Una decisión del alto tribunal de la ONU podría tener importantes repercusiones potenciales que no son sólo de carácter jurídico, sino que también tienen consecuencias prácticas bilaterales, multilaterales, económicas y de política de seguridad, según el cable diplomático de Israel a sus misiones en el extranjero.
Tras tres meses, el balance de asesinados a causa de la ofensiva lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha aumentado a 22.600 y los heridos superan ya los 50.000, según han informado este viernes las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista palestino.