Comer pescado es saludable por varias razones fundamentales. En primer lugar, es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, necesarias para la reparación y el desarrollo de los tejidos del cuerpo. Además, es rico en ácidos grasos omega-3, especialmente EPA y DHA, que son esenciales para la salud del cerebro y del corazón. Estos ácidos grasos no pueden ser producidos por el cuerpo, por lo que deben obtenerse a través de la dieta. Diferentes estudios han demostrado que el consumo regular de pescado puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, mejorar la salud mental y ayudar en el desarrollo cognitivo y visual en menores.

Además, el pescado es una fuente importante de vitaminas y minerales como la vitamina D, el yodo y el selenio, que desempeñan roles vitales en el metabolismo, la función tiroidea y la protección antioxidante. Su consumo también está asociado con un riesgo reducido de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y la obesidad, gracias a su perfil nutricional equilibrado y su contenido bajo en grasas saturadas y calorías.

Los tres pescados más ricos en hierro que son ampliamente recomendados por los médicos en España son el atún, las sardinas y los mejillones. Cada uno de estos pescados posee características nutricionales únicas y aportan beneficios significativos para la salud, especialmente por su alto contenido de hierro. Este mineral es crucial para numerosas funciones corporales, incluyendo la formación de hemoglobina, una proteína esencial para el transporte de oxígeno en la sangre.

Atún

El atún, particularmente en su forma de atún rojo, es conocido por su alto contenido de hierro. Según un estudio publicado en la revista «Nutrients», el atún proporciona aproximadamente 1,3 mg de hierro por cada 100 gramos. Este pescado, que es consumido ampliamente en España, proviene principalmente del Atlántico y el Mediterráneo. Además de hierro, también es una fuente rica de ácidos grasos omega-3, que han sido asociados con la salud cardiovascular. Un estudio en el «Journal of the American College of Cardiology» destaca que el consumo regular de pescados grasos como el atún puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

Sardinas

Las sardinas, otro pescado muy consumido en España, son especialmente ricas en hierro. Un estudio publicado en el «Journal of Food Science and Technology» indica que este tipo de pescado proporciona aproximadamente 2,9 mg de hierro por cada 100 gramos. De hecho, la «El aporte de ácidos grasos omega 3 por una ración [de sardinas] cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población», explican desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN). También señalan que «el aporte de ácidos grasos omega 3 por una ración [de sardinas] cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población».

En cuanto a su valor nutricional, en 100 gramos de sardinas podemos encontrar unos 6,4 gramos de grasas saludables: alrededor de 1,5 de ácidos grasos monoinsaturados, 1,9 gramos de ácidos grasos poliinsaturados, alrededor de 2,5 gramos. Este pescado, que se encuentra principalmente en el Mediterráneo, no solo es valioso por su contenido de hierro, sino también por su alto nivel de calcio y vitamina D, esenciales para la salud ósea. Una investigación publicada en «Osteoporosis International» sugiere que el consumo regular de sardinas puede contribuir a mejorar la densidad mineral ósea. «Su labor más importante es la de disminuir los niveles de triglicéridos en sangre, además de ayudar a reducir los niveles de colesterol», decía en este artículo de EL ESPAÑOL Petra Sanz, cardióloga y portavoz de la Fundación Española del Corazón (FEC), que también alababa su poder antioxidante y antiinflamatorio.

Mejillones

Los mejillones, a menudo subestimados en términos de su contenido nutricional, son extremadamente ricos en hierro. Este alimento contiene alrededor de 6,7 mg de hierro por cada 100 gramos, lo que los convierte en una de las fuentes más ricas de este mineral. Son ricos en proteínas y bajos en grasas, lo cual es excelente para quienes siguen dietas restringidas en calorías. Además, ofrecen niveles significativos de hierro y proteínas que rivalizan con los de la carne roja, mejorando el estado de ánimo, los niveles de energía y la complexión. También son altos en vitaminas A y B12, importantes para la piel, los ojos y el sistema inmunológico. Contribuyen a la salud circulatoria, mejoran la función cerebral y reducen condiciones inflamatorias como la artritis. Además, contienen ácidos grasos omega-3, esenciales para reducir el riesgo de ataques cardíacos y otros beneficios para la salud. Además de hierro, son una excelente fuente de proteínas, vitaminas B12 y zinc.

El consumo de estos pescados en España varía, pero en general, se observa una preferencia significativa por el atún y las sardinas, dada su accesibilidad y versatilidad en la cocina. El atún, en particular, es popular en forma de conservas, lo que facilita su almacenamiento y consumo. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que España es uno de los mayores consumidores de productos del mar en Europa, lo que subraya la importancia de estos pescados en la dieta española.

En términos de beneficios para la salud, el hierro presente en estos pescados es particularmente valioso para prevenir y tratar la anemia ferropénica, una condición común causada por la deficiencia de hierro. Un estudio en la «Revista Española de Nutrición Humana y Dietética» indica que el consumo regular de pescados ricos en hierro puede ser una estrategia eficaz para combatir esta deficiencia. Además, el hierro de origen marino tiene una alta biodisponibilidad, lo que significa que el cuerpo puede absorberlo y utilizarlo eficientemente.