A escasos días de finalizar el 2023, el mundo ‘startup’ respiraba aliviado por dejar atrás un año convulso y mira con optimismo al siguiente. Todavía se nota el récord alcanzado hace dos años en millones invertidos. Si 2022 se despidió con más de 3.365 millones invertidos (843 millones menos que el año anterior), la previsión es que este año las ‘startups’ españoles capten un 42% menos en financiación respecto al ejercicio previo. Pese al enfriamiento previsto de la economía mundial, el ‘venture capital’ ha depositado su confianza en los proyectos de emprendedores que utilicen inteligencia artificial, la última revolución tecnológica, para revitalizar la circulación de financiación destinada a las ‘startups’ españolas.
Se trata de una tecnología tan transversal que potenciará distintos sectores. Uno de ellos es el de la salud, donde la IA marcará el paso en la medicina de precisión, en la telemedicina o en terapias regenerativas. Legit.Health es un ejemplo de este campo al utilizar la IA para diagnosticar patologías dermatológicas y recoger datos clínicos a partir de imágenes de móviles o cámaras. Otro ámbito que despuntará en 2024 es el de las energías renovables, la sostenibilidad y su medición, como la labor que desempeña Green Eagle Solutions, que utiliza una plataforma de automatización de activos renovables impulsada por esta tecnología. Por último, las finanzas seguirán dando que hablar gracias a ‘fintech’ como Taclia, que gestiona los negocios de manera diaria en una plataforma integral diseñada para este cometido.
Lo que está claro es que la IA será la reina el año que viene y abrirá la puerta a grandes oportunidades de inversión. «Existe una gran oportunidad de concretar el potencial de la IA en aplicaciones a través de todo tipo de industrias y casos de uso de forma segura y confiable», explica Luis Garay, partner del fondo de inversión de capital riesgo Samaipata. Por ejemplo, se espera que esta tecnología revolucione la experiencia de cliente digital para acercarla a la física en cuanto modo de interactuar con negocios y compañías online. La interfaz de usuario en herramientas técnicas que antes estaban reservadas a usuarios con conocimiento de programación incorporará el lenguaje natural y desbloqueará una infinidad de posibilidades. Con su despliegue, también se crearán nuevos retos, principalmente de gobierno y mantenimiento de la IA en entornos corporativos e institucionales, que requerirán de herramientas y soluciones a la altura.
Fe en los tipos de interés
Desde comienzos del año 2021, el sector ha sido testigo de un descenso sistemático en el mundo de la inversión. La guerra de Ucrania aumentó la incertidumbre económica mundial, disparó la inflación y alentó a los bancos centrales a endurecer su política monetaria para atajar las subidas de precios. Como consecuencia, la financiación destinada a ‘startups’ se encareció y los fondos de capital riesgo prefirieron limitar sus inversiones para impulsar compañías con modelos de negocio asentados y planes estratégicos bien planificados. La primera víctima fue el ecommerce, que ha visto caer a empresas que lideraban el sector en todo el mundo por el fin de las restricciones impuestas por la pandemia, la vuelta a los restaurantes físicos y la limitación del dinero ‘fácil’.
En este contexto, la supervivencia de las ‘startups’ se erige como el principal desafío, especialmente para aquellas que hasta ahora habían centrado su enfoque en la obtención de fondos en lugar de captar nuevos clientes. Pese a que el ecosistema está habituado a adaptarse año tras año al contexto mudial, «para las ‘startups’ están siendo años intensos de grandes ajustes estratégicos», Diego Fernández, CEO de Gellify Iberia, una plataforma que conecta ‘startups’ tecnológicas con grandes corporaciones. Los cambios se reflejan en la presión experimentada por las firmas al enfrentarse a un mercado mucho más exigente en relación a rondas de inversión, crisis de mercados y diversos ajustes.
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Si bien España ha seguido la tendencia mundial, lo cierto es que sus empresas recién creadas han demostrado una enorme resistencia respecto a otros países. El número de operaciones realizadas se han mantenido o ligeramente han aumentado durante el ejercicio actual respecto al anterior. Esto se explica por «el exceso de liquidez que hubo en los mercados en años anteriores y que supuso la atracción de fondos extranjeros para la inversión en tecnología en España», asegura Alberto Andújar, director de la asociación entre ‘startups’ e inversores BigBan Inversores Privados, un apetito que aumenta año tras año. También es importante destacar el crecimiento en las fases pre-seed (menos de 200.000 euros) y seed (entre 200.000 y 500.000 euros), así como un ligero aumento en series B (de 6 a 20 millones de euros)».
Ahora, tras una reducción del 45% en la inversión a ‘startups’ en 2023, especialmente en la región europea, los fondos esperan una mejora de las condiciones en 2024. Las expectativas en torno a la política monetaria del mercado han experimentado un cambio significativo en los últimos meses, algo que «podría tener un impacto positivo en las valoraciones tecnológicas, arrastrando al mercado ‘growth’ y de salidas a Bolsa en los próximos trimestres», apunta Garay. El ambiente que se respira en el sector es «que no hay intención de parar» en las inversiones, explica Andújar, aunque sí se nota un freno entre los inversores particulares, o business angels, «que han paralizado la actividad inversora para estudiar como se asienta el mercado».