La pobreza energética se ceba con la provincia de Alicante. En menos de un año diez mil familias más necesitan el bono social eléctrico que concede el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), lo que supone que uno de cada seis hogares tiene problemas para calentar su hogar en invierno o para que sea confortable en verano. Este bono es un mecanismo que se viene aplicando desde 2009, cuyo objetivo es proteger a consumidores vulnerables.

Se considera pobreza energética la situación en la que se encuentra un hogar en el que no pueden ser satisfechas las necesidades básicas de suministros de energía, como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente y que, en su caso, puede verse agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía. El envejecimiento de los edificios y la falta de arquitecturas preparadas para ser eficientes energéticamente son otras causas de la pobreza energética.

Los hogares alicantinos que recurren a esta ayuda ante los problemas económicos para pagar el recibo de la luz son 82.055 a fecha de noviembre de 2023, último dato publicado por el ministerio. En ellos residen unas 320.000 personas, a la que se concede este apoyo por criterio de renta, por tener el ingreso mínimo vital, ser pensionista con pensión mínima o familias numerosas entre otras circunstancias.

Entre los beneficiarios está Tatiana. El pago del alquiler y los gastos para atender a su hija le obligan a ajustarse al máximo, de ahí que haya pedido el bono. Para consumir lo menos posible aflojan bombillas y «apagamos pronto la tele y la estufa y nos vamos a dormir», pese al frío del edificio antiguo y poco adaptado en el que vive.

La situación empeoró ostensiblemente a lo largo del pasado año coincidiendo con la inflación y la subida del precio de la energía como reflejan las cifras. En enero de 2023 eran 73.405 los hogares beneficiarios, por lo que en apenas diez meses otros diez mil se han sumado al listado, entre vulnerables y vulnerables severos, familias o personas en situación de exclusión social; o afectadas por la crisis energética.

La situación de agravamiento es similar en toda la Comunidad Valenciana, la segunda con más beneficiarios de estas ayudas, solo por detrás de Andalucía, con un total de 209.640 de hogares en los que residen más de 800.000 personas, un 10% más que hace un año, momento en que se encontraban en situación de vulnerabilidad para hacer frente al coste de la energía 189.267 hogares. Los datos oficiales refrendan estudios que sitúan a otro medio millón de valencianos en riesgo de pobreza energética, lo que supondría que un 25% de la población tiene problemas para pagar sus recibos.

La provincia de Valencia es la tercera del país más acuciada por la pobreza energética y la alicantina la cuarta, tras Madrid y Barcelona, ciudades mucho más pobladas. Muchas de las familias reciben la ayuda de entidades como Cruz Roja y «en las valoraciones que se hacen se detecta la posibilidad de tener riesgo o estar ya en la situación de pobreza energética«, apunta Karine Lopes, responsable provincial de Medio Ambiente.

Voluntarios de Cruz Roja explican a familias que lo necesitan cómo ahorrar con la factura eléctrica INFORMACIÓN


Primero, la alimentación

Es así «sobre todo cuando manifiestan que no pueden pagos los recibos de los suministros o que se les hace muy cuesta arriba y muchas veces dejan de abonar esos recibos porque tienen que hacer frente a otras cosas esenciales como la alimentación, el vestido, la escolarización de los niños y todo lo que conlleva el cuidado del hogar. Ahí es cuando se detecta la situación de pobreza energética».

Cruz Roja también descubre estas situaciones en las campañas de ola de calor y de ola de frío, con preguntas clave sobre si pueden mantener la temperatura adecuada en el hogar. «Se vuelve a citar a la familia y se le hace una valoración de esta situación en concreto. Manejamos una herramienta de la asociación Ecove que hace unos estudios personalizados sobre la situación de vulnerabilidad energética en el hogar y, junto con la factura, se elabora un informe de recomendaciones personalizadas».

Estas familias pasan por un taller de eficiencia energética y se les ayuda a entender la factura de la luz. Se les da consejos de ahorro para ajustar la factura y reducir al máximo el consumo y el importe sin verse mermada la confortabilidad del hogar. En 2023 asistieron más de 800 alicantinos.

Cuando la persona tiene una vivienda en propiedad se les hace una auditoría por si es susceptible de hacer en casa alguna rehabilitación para mejorar su confortabilidad. En el último año han intervenido en 16 hogares, con la reparación de instalaciones eléctricas, ventanas y cerramientos, calentadores eléctricos y de gas, cocinas de gas, campanas extractoras, etc, a través de las subvenciones que tiene la entidad

También compran a las familias en esta situación estufas, ventiladores, frigoríficos, microondas, lavadoras y neveras. Estas últimas por pobreza energética y por salud alimentaria en verano; microondas, estufas, ventiladores, y este año han empezado con la entrega de ropa de cama de invierno y de verano; incluidos colchones y juegos de ropa de cama para cunas. Así como ayuda de pago de suministros de luz, agua y gas a un total de 486 familias en 2023.

Personas sin hogar

También se repartieron 646 kits de microeficiencia energética, compuestos por luminarias led, burletes de puertas y ventanas, bases múltiples con interruptor para eliminar los stand-by, y en algunos casos, temporizadores para los termos eléctricos. Y entregaron 158 kits de pernocta para personas sin hogar y asentamientos, ayuda nueva este año fuera de lo que es la vivienda estructural como tal. Gracias a puntos de información itinerantes en la zona de montaña de Alicante, se ha sensibilizado sobre eficiencia energética a 88 personas de población en general.

Para este año, y gracias a la colaboración de la Asociación Provincial de Empresarios de Montaje Eléctrico y Telecomunicaciones de Alicante (Apeme) se realizarán actividades de sensibilización sobre eficiencia energética y asesoramiento sobre la factura de luz a población en general, en diversos municipios de la provincia.

En esta cobertura participan 54 voluntarios en la provincia, con un total de 29 asambleas locales y ámbitos de cobertura. «Hemos contado con el apoyo de la Fundación Naturgy, Fenie Energía, Diputación de Alicante y BP Energía, como financiadores de estas actuaciones», explican desde Cruz Roja.

«Hemos notado la realidad del aumento de la pobreza energética a lo largo de todo el año, no solo en invierno. No hay diferencia de épocas. Cuando llega el frío se demanda más la ayuda pero nos ha arrojado resultados muy interesantes en olas de calor incorporar la pregunta de si se puede mantener la temperatura adecuada en el hogar en verano o si pasan calor», explica Lopes.

Bono social

El bono social de electricidad es un descuento en la factura eléctrica de un 25% para consumidores vulnerables que cumplan los requisitos establecidos que realizan las ocho grandes compañías eléctricas del país; y de un 40% para consumidores vulnerables severos, que se aumentó en 2023 de forma excepcional.

Si además se es un consumidor en riesgo de exclusión social, porque se está siendo atendido por los servicios sociales de una administración autonómica o local que paguen al menos el 50% de la factura, no se tendrá que hacer frente a la factura eléctrica y, en caso de imposibilidad temporal para hacer frente al pago, no se podrá interrumpir el suministro eléctrico.

Asimismo, se recoge la aplicación temporal del bono social de electricidad a los hogares con bajos ingresos particularmente afectados por la crisis energética, a los que les corresponde la aplicación de un descuento del 40%.

En los talleres de Cruz Roja se da a las familias información sobre el bono social eléctrico, como conseguirlo, qué documentación se requiere y cómo tramitarlo. «En el informe personalizado que se les hace ya les arroja resultados de si pueden tener acceso o no para solicitarlo. Hay usuarios que ya lo tienen y otros muchos lo solicitan a raíz de pasar por nuestros talleres. Desde las asambleas locales se les ayuda porque algunos trámites son farragosos».

Menor consumo

Las familias de la Comunidad se ven obligadas cada vez más a gestionar su economía doméstica mirando el contador de la luz y el gas. Los hogares desembolsan de media algo más de mil euros en su factura energética, siendo la undécima autonomía con el gasto más alto, según los cálculos realizados por la empresa SwitchHero a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares publicada por el Instituto Nacional de Estadística.

Además, el 15’5% de los hogares de la Comunidad pasan frío en invierno por no poder mantener una temperatura adecuada dentro de los mismos. De hecho, se encuentra entre las autonomías con peores temperaturas en sus viviendas.

El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) refleja que la temperatura adecuada en los hogares se encuentra entre los 21 y los 23 grados, por lo que un 15,5% de las viviendas de la Comunidad no estarían entre estas cifras, según desprende la actualización de indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Ante la escalada de precios, el consumo de electricidad ha retrocedido en 2023 a niveles de hace dos décadas, según Red Eléctrica. Para encontrar una cifra inferior hay que remontarse al año 2003. La explicación a este descenso se encuentra en el menor consumo de la gran industria por los precios de la electricidad, la eficiencia energética, las altas temperaturas del último año y el autoconsumo mediante las placas solares